El historiador británico Thomas Carlyle decía que “si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos”. La frase podría definir el momento que la cantautora mexicana Natalia Lafourcade está viviendo en su carrera musical.
En marzo pasado Natalia Lafourcade lanzó al mercado su más reciente producción discográfica, Hasta la raíz, la cual se convierte en su sexto disco de estudio, quizá el más personal e íntimo hasta ahora y con el que ha comenzado a recolectar los frutos de poco más de 15 años de una disciplinada carrera dentro de la música.
“Siento que este momento es fructífero en mi carrera, es el momento en el cual me toca ver un poco el fruto de tantos años que hemos trabajado, al mismo tiempo me doy cuenta de que todavía soy una artista joven. Es un momento en el que por un lado recibo mucha cosecha del trabajo, esa parte de poder hacer tres (presentaciones en el Teatro) Metropólitan, que estén llenos, que la gente quiera venir y que yo me sienta más que nunca conectada a México, más que en mi primer disco” dijo Natalia Lafourcade.
Uno de los momentos más sorpresivos hasta ahora para la creadora de temas como En el 2000 y Ella es bonita fue la oportunidad que esta nueva producción le brindó de poder reencontrarse como compositora y cantante y, al mismo tiempo, poder viajar a Italia para, por primera vez, arrancar de cero, promover el disco y darse a conocer frente a un público completamente nuevo.