El parlamento alemán aprobó por amplia mayoría el viernes iniciar negociaciones con Grecia para un nuevo paquete de rescate.
La votación fue de 439 a 119 a favor de las negociaciones, con 40 abstenciones. La canciller Angela Merkel necesitaba la aprobación del parlamento para poder negociar los detalles del paquete. La propuesta de pacto, que se alcanzó el lunes, tuvo que supera un gran número de obstáculos.
Merkel firmó el lunes un plan de rescate a tres años para Grecia, que se espera tenga un importe de 85.000 millones de euros (93.000 millones de dólares). A título individual, Alemania ha sido el mayor contribuyente a los rescates previos, y ha adoptado una posición de línea dura contra el país, insistiendo en la necesidad de aplicar estrictos recortes de gastos y aumentos de impuestos a cambio del dinero.
Las ayudas a Grecia no gozan de popularidad entre las filas del partido derechista de Merkel, y 48 de sus 311 legisladores habían dicho el jueves que votarían en contra.
La propia canciller reconoció preocupación por las posibilidades de éxito del rescate, haciendo hincapié en que habrá que controlar de forma estricta los esfuerzos de reforma griegos y en que “simples declaraciones de intenciones no serán suficientes”.
“Sé que hay muchas dudas y preocupaciones acerca de si esta tercera vía tendrá éxito, sobre si Grecia tendrá fuerza para seguirla en el largo plazo, y nadie puede dejar de lado esas preocupaciones”, señaló. “Pero estoy firmemente convencida de una cosa: seríamos sumamente negligentes, incluso irresponsables, si no intentamos al menos esta vía”.
El ministro alemán de Hacienda, Wolfgang Schaeuble, quien ha sido especialmente duro con Atenas dijo que “el gobierno alemán no se toma esta propuesta a la ligera”. Agregó que si Grecia hace su trabajo, Berlín hará todo lo posible para “hacer de esta última oportunidad un éxito”.
En Atenas, se espera que el primer ministro, Alexis Tsipras, reestructure su gobierno el viernes o durante el fin de semana tras la rebelión interna en su partido por una votación parlamentaria para aprobar dolorosas medidas de austeridad exigidas por los acreedores europeos para iniciar las negociaciones sobre un tercer programa de rescate.
En la madrugada del jueves, 38 de los diputados del partido de izquierda radical de Tsipras, Syriza, hicieron públicas sus discrepancias y votaron en contra de la propuesta del ejecutivo. Entre ellos había dos ministros del gobierno – de Energía y Bienestar – además del presidente de la cámara y el ex ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis.
La ley, que incluye subidas de impuestos a los consumidores y recortes en las pensiones, formaba parte de las condiciones exigidas por los acreedores europeos a Atenas para iniciar las negociaciones. La proposición salió adelante por 229 votos frente a 64, en un parlamento de 300 escaños, con tres partidos pro europeos de la oposición respaldando la propuesta de Tsipras.
El gobierno heleno dijo el jueves que los bancos del país reabrirán sus puertas el lunes para operaciones limitadas, por primera vez en tres semanas desde que se impuso el control de capitales el pasado 29 de junio, antes de un referendo sobre propuestas de los acreedores.
Un funcionario del banco central dijo que el Banco de Grecia estaba trabajando con el Ministerio de Finanzas y examinado todas las posibilidades para que los bancos puedan abrir tan pronto como sea posible. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque esas conversaciones no eran públicas.
Los griegos no pueden retirar más de 60 euros diarios (67 dólares) desde el cierre de los bancos.