Quienes no ven su suerte son las familias en Afganistan, que con cada atentado terrorista hay muchas bajas civiles y que estan viedo que puede darse de nueva cuenta el regreso del regimen de los Taliban y, una serie de enfrentamientos arduos y cruentos entre tribus.
Una serie de ataques que han matado a por lo menos 44 personas y herido a más de 300 en un día ha alterado la relativa calma de la capital de Afganistán, cuando algunos esperaban que nuevas negociaciones con el Talibán y la muerte de su dirigente pudieran traer la paz.
Los ataques del viernes en Kabul marcaron el mayor número de civiles muertos y heridos en un solo día, de acuerdo con la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán, que comenzó a llevar registro en 2009. El sábado, cuando los afganos protestaron la violencia y donaron sangre para las víctimas, la gente permanecía a temerosa.
“Siento peligro incluso ahora, mientras hablamos”, dijo el residente de Kabul Mohammad Naeem. “Y cuando veo un grupo de personas, creo que quizá ocurra un ataque suicida con un coche bomba o una motocicleta con explosivos. Cualquier cosa es posible”.
Desde que la invasión dirigida por Estados Unidos en 2001 que expulsó al Talibán, Kabul siempre ha sido blanco de ataques insurgentes, pero los ataques del viernes incluyeron a un enorme camión bomba que atacó un área residencial en la capital matando a 15 e hiriendo a más de 200, algo inusual.