El gobernador de Nuevo León Rodrigo Medina quiere llorar, mostrando no solo que no sabe hacer las cosas, sino que no tiene coraje, autocritica y quizá pase a la historia como el peor gobernador que el estadod e Nuevo Leon haya tenido siempre.
De paso y como un acto de humanidad, alguien que le avise al chef de la casa de gobierno de Nuevo León que por los próximos días, hasta nuevo aviso… no debe servirle ni huevos ni aguacate a Rodrigo Medina, porque son malos pa’ los corajes y se vaya a quedar torcido o quizá se enferme y lo pase peor.
Rodrigo Medina anda con muina porque un juzgado de distrito en materia administrativa parece que se faja los pantalones y logrará ponerle freno a una de las tradiciones más absurdas, ridiculas y claro vergonzantes de la política nacional que es el remate de notarías públicas al final del sexenio entre amigos, ex colaboradores y claro, cercanos al propio gobernador para que vivan tranquilos de lo que la gente paga.
Por lo que se ha venido filtrando en los medios de comunicación locales, que no ha saltado aún el tema a escaparates nacionales, Rodrigo Medina ya tenía lista la lista de agraciados que obtendrían su notaria de manos del gobernador gracias a que fueron palomeados por Humberto Medina, padre no sabemos ya si incomodo o quien en verdad gobernó desde las sombras el gobierno estatal.
Veamos si la el tribunal triunfa o Rodrigo Medina se pasa por el arco del triunfo la decisión, pero debe saberse lo antes posible, ya que en unas semanas sube el nuevo gobernador.