Estoy en campaña en contra del Voto Nulo. Digo, me parece muy respetable que, en nombre de la cultura democrática la gente se sacrifique, vaya hasta la casilla, cumpla con las formalidades, saque su credencial y, luego de todo el numerito que es de flojera, vaya y anule su voto, pero me parece una pérdida de tiempo. Es como ir al estadio con todo lo que eso significa (las multitudes, las lluvias, el sol, el desmadre) y, ya cuando estás en el umbral, rompes tu boleto y mejor ves el partido por la tele. O sea, ¿sólo para demostrar que perteneces a la sociedad civil? No chinguen.
En ese sentido me parece mucho más honorable aquel compatriota que, decepcionado de la vida política nacional, harto de que lo timen los candidatos, los funcionarios y los burócratas electorales, mejor ni se apersona por la zona de votación y mejor se rasca la barriga frente a la tele en espera del Apocalipsis, al ritmo de si no hay expectativas, no hay decepciones.
Por supuesto, como todo mexicano bien nacido que está hasta el queque de las campañas y de la demagogia que impera en la patria, sin olvidar la naturaleza tediosa del 90% de los candidotes, he pensado en no votar.
Anular no porque, como ya he dicho, me gana la fatiga.
Sin embargo, aunque es tentadora la idea de mandar a la cooltura democrática para que la nueva Banda TimbirIFE se ponga a chillar como Godoy frente a Gómez Mont, pienso que no se puede desaprovechar la oportunidad de hacer de las urnas terciopelo.
Así como una vez propuse que para madrear al narco teníamos que convocar al patriotismo de los consumidores de estupefacientes para que dejaran de comprar drogas, ahora propongo votar para joder.
Por ejemplo yo. Como me zurra en lo fundamental la manera en que el PAN ha manejado la
Delegación en la que vivo (Benito Juárez, en el DF, donde cualquier terreno baldío de 2 x 2 se convierte en Torre Mayor), y sabiendo que con mi voto nulo seguirán reinando impunemente, mejor votare en su contra. Aunque seguramente ganará Acción Nacional, que sea como rayarle su blanquiazulina carrocería, arrancarles las molduras, o bajarles los tapones.
Ni modo que dejar que los partidos y los colores que te parecen odiosos, se salgan así nomas con la suya.
Nomas eso nos faltaba, carajo.
No anules, vota por joder