Ya pasada la situación apremiante y habiendo regresado la situación al color verde de la escala en el semáforo epidemiológico, se pueden hablar ciertas cuestiones.
Aunque no le agrade a muchos y sigan creyendo en la teoría de la conspiración universal en donde el estado oculta información o busca el aprovecharse de la situación para distraer la atención a alguna situación que pudiera provocar la molestia del pueblo; la alerta epidemiológica fue preventiva y claro esta, buscando contener el brote de algo que se desconocía.
Ok, cierto, la influenza estacional también tiene casi el mismo nivel de transmisibilidad o contagio; pero lo que se ha evidenciado en esta situación tres cuestiones.
1 los mexicanos somos muy sucios, tanto que el lavado de manos es algo raro; siempre traemos manos sucias o cargadas de bacterias por las actividades normales del día.
2 nuestro sistema de alerta epidemiológico es lento y quizá demagógico y burocrático, la coordinación de instituciones fue central a través de Salubridad Federal pero… pero fue ya que se anuncio a través de medios de comunicación constantemente y a través de decreto presidencial y
3 somos un pueblo, una sociedad un país muy desorganizado, inculto y además desvergonzado; nos dicen las cosas y no ponemos atención y si nos dicen nos vale ya que pensamos que todo es un engaño y además, nos auto medicamos creyendo que los doctores estan de mas viéndolos nada mas hasta que nos encontramos muy mal.
Que pena, pero si, amén de que se hizo todo lo posible de parte de las autoridades del sector salud y diversos ordenes e instituciones, nos estaban cuidando, sino, ni como nos hubiera pasado el 6 mil casos y 80 muertos, quizá hubieran sido 5 o 6 veces mas estas cifras.
La verdad no peca pero incomoda, muy cierto todo lo que dice.