La particular ideología de los grupos extremistas yihadistas, como el Estado Islámico (EI), ha sido el motor para atraer a miles de personas a su causa, situación que ha sido minimizada al trazar las estrategias para combatirlos.
Un amplio estudio del Centro sobre Religión y Geopolítica, vinculado al ex primer ministro británico, Anthony Blair, señaló que liquidar militamente al EI no significaría “terminar el yihadismo global”, se requiere, añadió, una “derrota intelectual y teológica” de su ideología.
El Centro analizó una muestra representativa de 114 fuentes de propaganda que van desde abril de 2013 hasta el verano de 2015 a partir de tres grupos salafistas-yihadistas: Estado Islámico, Frente al-Nusra, y Al-Qaeda en la Península Arábiga.
El objetivo fue identificar la ideología que comparten estos tres grupos y cómo se revela en su propaganda, con el fin de proporcionar elementos para frenar la amenaza que representan, más allá del ámbito militar.
Existe una clara diferencia entre la ideología del yihadismo salafista y el Islam practicado por la mayoría de los musulmanes del mundo. La primera, aunque se basa en los principios religiosos islámicos, distorsiona su mensaje para añadirle una dosis de violencia.
No obstante, estos grupos al presentar sus manifiestos se identifican con los valores islámicos del credo, los valores de honor y la solidaridad con la comunidad musulmana y las referencias explícitas al Día del Juicio Final, según esta religión.
A lo largo de su propaganda, estos grupos, según el estudio, hacen múltiples referencias al Corán, el libro sagrado de Islam, pero sacadas de su contexto para hacer una justificación religiosa de su violencia, creando una narrativa que le da gran credibilidad.
Estas organizaciones también en sus textos se ocupan de citar las palabras que según la tradición islámica dijo Mahoma, recopiladas en los llamados hadices que son el pilar fundamental de la Sunna, la segunda fuente de la ley musulmana después del Corán.
La intención de las organizaciones yihadistas es apegarse lo más que puedan a la tradición islámica para presentarse como grupos auténticamente apegados a esa religión, lo que se refleja en el atractivo que producen en sus seguidores, reveló el estudio.
El movimiento salafista yihadista no será derrotado si sólo se le acusa de distorsionar el Islam, porque ha sabido presentar su mensaje en el marco de esta religión, sino adentrándose en sus cimientos y entendiendo su ideología se podrá avanzar en este propósito, señaló.
Las ideologías violentas no operan en el vacío, destacó el estudio y añadió que al igual que un fuego requiere oxígeno para crecer, muchos adherentes a esa causa han solapado de alguna manera el mensaje de violencia de los yihadistas, refugiándose en el supuesto religioso.
El profesor Bruce Hoffman, director del Centro de Estudios de Seguridad de la Universidad de Georgetown, ha calificado como único en su tipo el reporte del Centro sobre Religión y Geopolítica titulado “Dentro de la Mente yihadista”.
El estudio es “un análisis necesario e incisivo de una de las cuestiones fundamentales detrás de la actual amenaza yihadista: la manipulación y la explotación de las escrituras para proporcionar una justificación religiosa para su violencia”, afirmó.