2015 fue un año plagado de avances científicos, pero se espera que el 2016 lo sea aun más. Este año la investigación científica registró avances en toda las áreas del conocimiento humano, estos son algunos de los principales logros.
El descubrimiento en enero pasado de un nuevo antibiótico denominado teixobactin constituye una esperanza para la “grave amenaza” de salud pública, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), representa la resistencia de los microorganismos a los antibióticos. En el rubro de la medicina los avances científicos se dieron claros y certeros.
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, centros de investigación de la Universidad de Bonn y dos laboratorios farmacéuticos reportaron que el teixobactin actúa al adherirse a los lípidos que forman las paredes celulares de las bacterias.
El nuevo antibiótico ha probado no desarrollar resistencias en bacterias como el estafilococo dorado o la bacteria que produce la tuberculosis.
Otro avance fue el reporte en julio de resultados positivos en pruebas cínicas a una vacuna contra el virus del Ébola, luego de la epidemia que dejó más de 11 mil muertos en Liberia, Sierra Leona y Guinea.
Seis días después de la inoculación en Guinea no hubo nuevos casos diagnosticados de ébola en casos sospechosos de infección.
A su vez, investigadores de la Universidad de California en San Diego desarrollaron una máquina con nanotecnología que puede viajar en un organismo viviente sin efectos secundarios, probada en ratones.
Los dispositivos son pequeños tubos de polímero con una capa de zinc del grosor de un cabello humano, que depositan medicamentos en la pared del estómago tras entrar en contacto con los ácidos, y que podrían utilizarse en el tratamiento de úlceras y otros padecimientos.
En el campo de la biología, investigadores de la Universidad de Duke en Carolina del Norte desarrollaron en el laboratorio un músculo capaz de contraerse y responder a estímulos exteriores, como el tejido humano, al que puede sustituir en pruebas de medicamentos.
En febrero se completó el primer mapa del epigenoma humano, es decir el registro de los cambios químicos en material genético, equivalentes a interruptores moleculares de los genes, lo que permitiría avanzar en la investigación del cáncer.
En tanto, personal del Instituto de Investigación Médica Sanford- Burnham y del Instituto Koltsov de Moscú desarrollaron un método a partir de células madre para formar folículos pilosos, lo que apunta a generar el crecimiento de cabello en personas que padecen calvicie.
Asimismo, científicos de la Universidad de Wisconsin crearon 170 cuerdas vocales de 16 milímetros, a partir de células “inducidas” para formar tejido similar al de las mucosas de los pliegues vocales de la laringe humana.
Otro desarrollo de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte fue una nueva fase del carbón sólido, diferente al grafito o al diamante, al que denominaron “Carbón Q”, más duro que esa gema y con aplicación potencial en monitores para aparatos electrónicos.
El carbón Q podrá también ser utilizado para crear estructuras como micro-agujas o películas para la aplicación de medicamentos, procesos industriales e interruptores de alta temperatura y electrónicos.
En el mismo campo médico, científicos desarrollaron un páncreas artificial para las personas que padezcan de diabetes tipo 1, que permite medir continuamente los niveles de glucosa y libertar mediante un algoritmo la insulina necesaria.
En el espacio exterior, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) estadunidense descubrió un planeta del tamaño de la Tierra en órbita alrededor de un astro similar a nuestro Sol: el planeta Kepler-45b, que se ubica en la zona habitable de su astro.
El exoplaneta, que estaría en una región donde se pueda encontrar agua líquida superficial, recorre su órbita en 385 días.
La NASA anunció asimismo en abril el descubrimiento de agua líquida bajo la superficie de Marte, a partir de información proporcionada por el aparato Curiosity Rover.
En septiembre, el aparato conocido como Mars Reconnaissance Orbiter o CRISM reveló imágenes de marcas dejadas por percloratos, que indican la presencia de corrientes de agua salada en Marte.
En materia de paleontología, en China fue descubierto el fósil de un dinosaurio alado, de unos dos metros de longitud, unos 125 millones de años y un aspecto semejante al de un pájaro emplumado, aunque con pocas probabilidades de volar, y que sería ancestro del velocirraptor.