Escuchar de manera constante, desde muy pequeña a las orquestas que interpretaban la música de danzón y ver a su abuelo bailar, fueron factores determinantes para despertar el gusto por esta corriente musical en la menor Lupita Ramírez Durán.
De apenas 12 años de edad, la niña pertenece desde hace un año al grupo de “Danzoneros Infantiles de Reynosa”, que practican el género que va rompiendo el tabú de que es sólo para “viejitos”, pues en esta frontera son 18 los menores que de manera oficial bailan profesionalmente danzón.
Lupita, quien se caracteriza por ser la más alta y de mayor edad en este grupo, refirió a Notimex que el gusto por este género nació gracias a que desde muy pequeña escuchaba diariamente las melodías que ponía su abuelito, don Francisco, quien no bailaba y sólo se limitaba a cantar y mover el pie en señal de gozo y disfrute.
“Yo escuchaba siempre esa música, pero no tenía idea cómo se bailaba y un día acompañé a mi hermano menor a su escuela, pues iba a ensayar el bailable para el festival del Día de las Madres, ellos preparaban una pieza de danzón para el festejo, pero faltó una niña y yo me propuse y la maestra aceptó”, dijo.
Desde ese momento subrayó, “no he dejado de bailar”, comentó entusiasmada, mostrando un enorme gusto por el danzón, aunque reconoció que no tenía idea como se bailaba, la disciplina que representaba y mucho menos que ese baile la “atraparía”.
Señaló que fue en la escuela donde aprendió los primeros pasos básicos como el cuadro y la caminada, y ya después, lo que sigue, es dejarse llevar por la música.
Ella, quien combina sus estudios de primer año de secundaria con la práctica del danzón, refirió que es más saludable y benéfico bailar, que estar frente a una pantalla de televisión o de computadora.
En su gusto por este baile destaca la maestra de quinto año de la escuela primaria “Josefa Ortiz de Domínguez”, Hanssel Briseño, quien previo al festejo del Día de las Madres del año pasado, decidió poner a sus alumnos un danzón, para que lo interpretaran frente a sus mamás y abuelitas.
La educadora, quien es integrante desde hace varios años del grupo Danzoneros de Reynosa, mencionó que por ser uno de sus géneros favoritos decidió que sus niños deleitaran a sus mamás con algo diferente.
Reconoció que muchos de los niños que ahora integran el grupo Danzoneros Infantiles de Reynosa tienen familiares en el estado de Veracruz y de ahí la combinación para formar el grupo de menores bailadores.
La mentora afirmó a Notimex que algunos de los menores habían visto ese ritmo y fueron 10 los que mostraron interés por querer participar en el baile para el festejo de las madres.
“El ritmo, los sonidos y la estética del Danzón han ‘enamorado’ a los niños, quienes muestran interés y no se pierden un solo ensayo, pese a su corta edad, quienes oscilan entre los 10 y 12 años de edad”, dijo.
Hanssel Briseño manifestó que tres días a la semana ensayan por espacio de una hora y los sábados, se presentan en la explanada de la plaza principal Miguel Hidalgo, así como en festivales y eventos a los que los invitan a donde asisten ataviados de guayabera, sombrero, vestidos de gala y sin faltar un abanico en la mano de las pequeñas.
La maestra Rosa Amelia Brondo, quien falleció hace tres meses y su esposo, Elio Palacios, fueron los que fundaron en el 2008 el grupo Danzoneros de Reynosa y el año pasado, el grupo Danzoneros Infantiles de Reynosa.
En honor a la pionera, quien era originaria de Guadalajara, Jalisco, pero con una permanencia en esta ciudad de más de dos décadas, la escuela infantil de Danzón llevará su nombre, Rosa Brondo, a manera de reconocimiento por su dedicación y pasión por este baile, que logro introducir en una ciudad, donde el mosaico cultural es variado.
A su vez, la maestra de Danzón, Ana Luisa Morín, agradece a Hanssel Briseño la idea de enseñarle a los niños ese estilo de baile, ya que fue así como nació el grupo de Danzoneros Infantiles de Reynosa, género que logró despertar el interés de los menores y romper el mito de que es un baile sólo para adultos mayores.
Morín lleva tres años enseñando a bailar danzón en esta frontera, tanto a niños como adultos, recuerda que ella como muchas otras personas, pensaban que era un baile exclusivo para personas mayores, por lo que nunca se imaginó que terminaría enseñando dicha disciplina.
“Yo bailaba salsa, bachata y cumbia y cuando alguien me hacía referencia al danzón, les decía que era muy bonito, pero que era algo destinado a las personas de la tercera edad, a mí todavía me faltan muchos años”, expresó.
“Pero un día los vi bailar y al ver el estilos con que ejecutaban cada pieza, la elegancia, el porte y la precisión de pasos me gustó mucho y fue ahí cuando empecé a bailar”, añadió tras esbozar una sonrisa de satisfacción por su nueva faceta.
Explicó que desde hace un año, 18 niños, 10 de la escuela “Josefa Ortiz de Domínguez” y ocho de la escuela “José Guadalupe Castillo Parra” integran el grupo de Danzoneros Infantiles, pero “la convocatoria está abierta para que más menores se integren y fortalezcan esta disciplina”.
“La idea es dejar un semillero, es decir, que las nuevas generaciones conozcan, practiquen y quieran esta disciplina, para que ellos den continuidad y tal vez algún día lo enseñen”, resaltó.
Entre los integrantes de este grupo infantil se encuentran Martín Jesús Segura Aguilera y Maryori Vera Trujillo, ambos de 10 años de edad y estudiantes del quinto grado de primaria, ellos coinciden en que el danzón “es su pasión” y que ningún otro género musical les atrae tanto.
“Este baile me apasiona y me transporta a otro mundo, yo creo que nunca dejare de bailarlo”, apuntó Maryori, quien prefiere bailar danzón antes que jugar a las muñecas o ver televisión.