El abrazo de la serpiente mostró al mundo la magia del Amazonas. El presidente Juan Manuel Santos agradeció hoy la película “El abrazo de la serpiente” del director Ciro Guerra por revelar al mundo “la magia del Amazonas” a través de los Premios Oscar.
“Gracias @AbrazoSerpiente por revelar al mundo la magia del Amazonas ¡Histórica nominación y reconocimiento a cine colombiano! #Oscars”, escribió Santos en su cuenta de Twitter.
El jefe de Estado estuvo pendiente de la ceremonia de los Premios Oscar, en donde la cinta colombiana estaba nominada a mejor película extranjera, que al final lo ganó el filme “El Hijo de Saúl”, que narra el horror en 1944 del campo de concentración de Auschwitz.
La prensa colombiana destacó la importancia para el cine colombiano el hecho que “El abrazo de la serpiente”, estuviera entre las cinco mejores películas extranjeras por parte de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.
“El abrazo de la serpiente’” no ganó, pero hizo historia en los Óscar (…) ¡Gracias! ‘El abrazo de la serpiente’ hizo soñar a Colombia en los Óscar”, titularon los principales medios de comunicación, que coincidieron que esta nominación marca un antes y un después para la cinematografía colombiana.
El filme es una historia de Karamakate, quien fue en su día un poderoso chamán del Amazonas y es el último superviviente de su pueblo, y ahora vive en aislamiento voluntario en lo más profundo de la selva.
Lleva años de total soledad que lo han convertido en chullachaqui, una cáscara vacía de hombre, privado de emociones y recuerdos. Pero su vida vacía da un vuelco el día en que a su remota guarida llega Evan, un etnobotánico americano en busca de la yakruna, una poderosa planta oculta, capaz de enseñar a soñar.
Karamakate accede a acompañar a Evan en su búsqueda y juntos emprenden un viaje al corazón de la selva en el que el pasado, presente y futuro se confunden, y en el que el chamán irá recuperando sus recuerdos perdidos.
Esos recuerdos traen consigo vestigios de una amistad traicionada y de un profundo dolor que no liberará a Karamakate hasta que no transmita por última vez su conocimiento ancestral, el cual parecía destinado a perderse para siempre