Bueno, hace unos días hablaba de que era para enojarse y mucho el que aplicaran la extinción de una regulación para la industria farmacéutica mexicana, puesto que, cancelo inmediatamente en la gerencia de diferentes firmas, la Inversión Extranjera Directa.
La extinción de planta obligatoria en la industria farmacéutica, ha hecho que unos 150 millones de dólares dejaran de invertirse solamente por plantas y líneas de producción nuevas en México, pero a la vez, hay laboratorios que cerraran o desmontaran sus plantas y líneas de producción puesto que sale mil veces mas barato el rentar una gran bodega en México que tener empleados, equipo, impuestos etc. mejor importar y ya.
Y esto se da en tiempos de crisis.
Ahora, este desuso que se hace a dicha reglamentación, nos caería de forma contraproducente no solo porque ya no este esa IED, sino también que no vamos a tener la certeza de que además sus operadores es muy posible que ni siquiera puedan reaccionar ante un eventual riesgo sanitario por un producto defectuoso.
De hecho, la misma Cofepris de Miguel Ángel Toscano tampoco posee el personal suficiente para verificar en el mundo las condiciones de los laboratorios que vengan, y es que el año pasado cuando se eliminó el requisito de planta, Salud de José Ángel Córdova habló de la posibilidad de ensanchar la oferta farmacéutica con nuevos productos de importación y hasta se dio a conocer un programa en específico al 24 de febrero del 2010.
Primero llegarían antirretrovirales por ejemplo para el SIDA, luego vacunas, medicamentos biotecnológicos, farmacéuticos, antibióticos, etc.
A 7 meses de distancia, esa oferta que disminuiría los precios de los medicamentos aquí no ha llegado, y en cambio inversiones que eran obligadas para operar en México, comienzan a revaluarse o bien encontraron otros derroteros en el orbe