Cuerpos lánguidos reflexiona sobre violencia sexual en la familia. La violencia sexual dentro de la familia, especialmente la violencia hacia la mujer, es el hilo conductor de la propuesta de danza butoh y video “Cuerpos lánguidos” que fue presentada en LaCantera, en esta ciudad, a cargo del prestigiado artista de Butoh, Gustavo Thomas.
Formado con uno de los principales exponentes de la disciplina, Yoshito Ohno, el maestro Thomas, quien actualmente radica en Toronto, Canadá, vino a la capital mexicana para compartir esta reflexión que acompaña con el video de Omar Ramírez Casas.
“Cuerpos lánguidos” es una simbiosis entre video y movimientos improvisados de butoh, que navegan por las imágenes ocultas de esa travesía del cuerpo lánguido debido a la violencia ejercida por el abuso sexual en la infancia.
Las imágenes se suceden una tras otra sin aparente lógica cronológica, como un sucedáneo de impresiones de un hecho concreto, como lo es la poesía visual del videoasta y el impulso interno del cuerpo performativo del maestro Thomas.
Para el creador, la no conclusión de este acto creativo es una metáfora de la muerte misma: la total languidez del cuerpo y sus imágenes es el cúmulo de la belleza antes de su disolución final.
Sobre el tema abordado, comenta que desde niños sentimos cómo nuestros miembros entran en diferentes tensiones, sea por sorpresa, por miedo, por ansiedad, por excitación, por pasión y descubrimos que la languidez -como un agotamiento total- llega cuando esa tensión acaba, cuando no se puede más con ella, cuando algo más fuerte que nosotros ha sido completamente saciado”.
Según el artista, es importante fusionar su arte con un tema de relevancia social y compartirlo con el espectador, detonando así reflexiones interpersonales:
“La violación sexual de niñas y niños dentro de la familia es más que común en nuestra especie, es una práctica continua, casi tradicional, y de la misma manera es una práctica el ocultamiento del acto que las sociedades y las religiones reprueban pero hacen todo lo posible por evitar su salida a la luz; el abuso de uno se vuelve un abuso de todos.
La presencia de ese abuso continúa en la vida de la persona violada y es un recordatorio de que esa tradición no se rompe fácilmente.
Así, ante la ausencia de mayor lucha en contra, la languidez es el único medio de sobrevivencia, dejando que todo aquello que nos ataca penetre con aún más facilidad, sin resistencia, hasta el final de la vida misma. Ni los sueños de la adolescencia, ni de poseer una familia o del éxito personal saldrán del cuerpo lánguido… La tensión del trauma presente es también una especie de languidez”.
Tras la experiencia adquirida con el paso de los años, el maestro Thomas se ha demostrado a sí mismo que no necesitó ser un bailarín para hacer butoh ni haber tomado clases de danza para poder mover su cuerpo.
Tampoco cree que hubiera necesitado estudiar actuación o saber de teatro para hacer butoh ante un grupo de espectadores o descubrir y exponer sus historias interiores en un escenario.
“Creo fervientemente que puedo llegar al butoh a través del butoh mismo, a través de mí, de mi propia espiritualidad, de mi propia oscuridad y de mi propia luz, sin la danza y sin el teatro arrastrando sus tradiciones con él.
“Cuando lo pienso así, descanso, y entonces soy más libre; no pienso en bailar ni en actuar, y ni siquiera pienso en la necesidad de estar en un escenario para presentarlo”, comentó en declaraciones difundidas por LaCantera.