Llega a Cuba la cadena hotelera estadounidense Starwood. La cadena hotelera estadounidense Starwood se establecerá en Cuba, marcando el inicio del regreso a la isla comunista de multinacionales estadounidenses desde la revolución castrista de 1959.
Starwood, que es propietaria de Meridien, W, Westin y Sheraton, anunció la noche del sábado que cerró acuerdos con las autoridades cubanas que suponen inversiones de millones de dólares.
El anuncio ocurre en la víspera de la histórica visita que el presidente estadounidense, Barack Obama, hará a Cuba, la primera de un mandatario del país desde 1928.
La cadena hotelera prevé abrir dos hoteles antes de finales de 2016, según los términos del acuerdo. Además anunció su intención de firmar otro acuerdo con las autoridades cubanas para abrir un tercer hotel.
Inicialmente Starwood va a administrar el hotel Inglaterra, abierto en 1875 y que dispone de 83 habitaciones en pleno corazón de La Habana, el cual va a sumar a su oferta de hoteles de lujo, indicó en el comunicado. La cadena también va a gestionar el hotel Quinta Avenida, situado también en la capital, que será transformado y abrirá a fines de año bajo la marca Sheraton con 186 habitaciones. Finalmente la cadena tiene previsto asumir el manejo de un tercer hotel, el Santa Isabel, igualmente en La Habana, una vez obtenga la respectiva autorización del departamento del Tesoro.
El acuerdo entre Starwood y las autoridades cubanas es la primera gran negociación realizada por un grupo empresarial estadounidense tras la decisión de Obama a fines de 2014 de normalizar la relaciones con Cuba.
La normalización de las relaciones entre Washington y La Habana, que estuvieron abiertamente enfrentados durante la Guerra Fría, está sin embargo supeditada todavía a la aprobación del Congreso estadounidense de levantar el embargo económico impuesto a la isla desde 1962.
Para poder utilizar sus marcas en Cuba, las empresas estadounidenses deben pedir una licencia al departamento del Tesoro, encargado de vigilar el cumplimiento de las sanciones económicas contra la isla. “No hay duda de que el sector hotelero estadounidense está muy interesado en Cuba. Estamos encantados de ser los primeros”, afirmó Thomas Mangas, el director general de Starwood.
– Multinacionales a la conquista –
Los acuerdos entre Starwood y las autoridades cubanas son los primeros grandes contratos firmados por un grupo estadounidense en la isla desde la revolución del 1 de enero de 1959.
Apenas llegó al poder, Fidel Castro nacionalizó el turismo y transformó el hotel Hilton en la sede del nuevo gobierno durante varios meses.
Otras empresas estadounidenses podrían anunciar en los próximos días su establecimiento en Cuba. Es el caso de Marriot International, una de las principales competidoras de Starwood, cuyo presidente, Arne Sorenson, formará parte de la delegación que acompañe al presidente Obama en su visita histórica a la isla comunista entre el 20 y el 22 de marzo. El operador de telecomunicaciones AT&T también se encuentra en conversaciones con la compañía cubana Etecsa, indicó a AFP días atrás una fuente cercana al tema.
Las aerolíneas United Airlines y American Airlines están presionando a las autoridades de Estados Unidos para obtener licencias para operar lo más pronto posible vuelos comerciales diarios desde y hacia La Habana.
Desde el deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en diciembre de 2014, el turismo se ha disparado en Cuba: cerca de 3,5 millones de turistas visitaron la isla en 2015, un 17% más que el año anterior. Y el aumento es mucho más espectacular del lado estadounidense: 161.000 estadounidenses visitaron Cuba el año pasado, un 77% más que en 2014. La cifra no dejará de incrementarse, pues los ciudadanos de ese país ahora solo pueden visitar la isla bajo condiciones muy estrictas.
El martes, el gobierno de Obama redujo nuevamente las restricciones comerciales y de viajes que pesan sobre Cuba. Ahora se podrá viajar a la isla para actividades dirigidas a la sociedad civil cubana (educativas, humanitarias, entre otras) incluso cuando no estén patrocinadas por una organización estadounidense. Además, organizaciones de Estados Unidos podrán ampliar su “presencia física” (tiendas, almacenes…) en Cuba cuando sus actividades estén vinculadas al sector humanitario o educativo.