Colgar la vida reflexiona en torno a los desencuentros de la pareja. Amor, desamor, infidelidad, rechazo y hasta desempleo fueron algunos de los elementos que giran en torno a la puesta en escena “Colgar la vida”, que anoche abrió temporada en el Centro Cultural El Foco, en la colonia Roma, de esta capital.
Bajo la dirección de Isaac Pérez Calzada, el montaje del dramaturgo Miguel Ángel Tenorio invita a reflexionar sobre la rutina de las parejas y las decisiones que marcan sus vidas.
Presentada por la compañía Bambalinas, la obra versa sobre una pareja que llega al final de su relación. Él y Ella han dejado que la vida les pase de largo hasta que un día se dan cuenta que aún pueden reconstruirse, pero habrá que dar pasos en nuevas direcciones.
En esta historia de poco más de una hora, Daniela López y Gabriel Haller, quienes personifican a Martha y Enrique, caminan de la mano, pero no lo hacen juntos, en el andar, los encuentros y desencuentros se hacen presentes al punto de pensar en separarse, pero al final ambos llegan a un pacto.
Para Miguel Ángel Tenorio, se trata de una propuesta de vida, en donde la pareja al momento de llegar a la ruptura, apela por una negociación.
“Algo que rondaba en mi mente cuando la escribí, tenía muchos amigos que se estaban divorciando, y al mismo tiempo se estaban en el arrepentimiento y por eso me salió el final, este final que parece que ahora si se van a romper, pero al final se dan un chance”, dijo.
La idea es que la gente se de cuenta de que las relaciones de pareja siempre han sido así de conflictivas y recordó que este montaje lo escribió en 1984, “y la veo y sigo siendo un tema muy actual”.
“He visto cuatro puestas en escena (con diferente elenco) y siempre hay esa sensación de que parece que fue ayer que ocurrió por primera vez”, dijo a Notimex, al tiempo que agregó que el montaje surgió “a raíz de mirar la vida, lo que sucede, uno va tomando notas y escribe”.
En su opinión, mucha de la dramaturgia actual “anda pérdida” en cuanto a contar una historia. “En mi caso, me gusta contar una historia con su principio, su medio y su final, aunque esta obra a muchos les parece inusual, pero todas mis obras así son, es decir, no son tradicionales”.
En un espacio vacío, un piso en forma de ajedrez, una pálida luz dos sillas, son los elementos escenográficos con los que arranca la obra; enseguida, aparece la pareja ataviados de blanco, mirándose frente a frente, arrancando desde un principio el diálogo de dos enamorados, una pareja que vive su vida de color rosa, para después transitar por situaciones agrias.
Ambos mantienen la atención de un puñado de personas, que como intrusos se asoman al interior de sus vidas, tan parecidas a las de cientos de parejas no sólo en México sino en el mundo.
En la obra, que estará en temporada hasta el próximo 7 de mayo, Tenorio ofrece una propuesta que confronta, involucra e invita a la reflexión sobre las relaciones de pareja en la actualidad.