El voto en blanco se erige como opción fuerte para las elecciones de este 5 de julio en México, tras una campaña por parte de intelectuales y sectores sociales para transformarlo en un tirón de orejas a la clase política.
“Finalmente la ciudadanía está manifestando que algo va mal con nuestro régimen político. Es un buen síntoma para que los políticos tomen ota”, dijo hoy a Efe Ana Laura Magaloni, profesora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Para Magaloni, especialista en derecho constitucional, el voto en blanco o nulo es “una opción válida” ante la unanimidad existente de que “el sistema de partidos no está funcionando”.
“El mensaje más importante es que debemos hacer una transición democrática en serio”, dijo.
Y añadió que “es una elección donde el síntoma más importante es el desencanto ciudadano con cualquier partido”.
Según las últimas encuestas, la opción promovida desde blogs e internet de votar en blanco o nulo acapara un 15 por ciento de la intención del voto.
Pese a sus enormes recursos, México cuenta con 49,6 millones de pobres, un salario mínimo de 50 pesos al día (unos 3 dólares) y de acuerdo a algunas estimaciones la economía informal representa el 70% del PIB.
Mientras un obrero puede ganar unos 1.000 pesos al mes (cerca de 54 dólares), los diputados aprobaban en Navidad un aguinaldo libre de impuestos de 500.000 pesos (casi 38.000 dólares).
La inseguridad, la impunidad, la pobreza y la corrupción (política y policial) han ayudado a acuñar dos frases populares: “En México pasa de todo pero nunca pasa nada” y “Quien no tranza (engaña), no avanza”.
Para comprender el desencanto de los votantes, según los analistas, hay que repasar la política del último siglo, dominada por lo que el escritor peruano Mario Vargas Llosa denominó “la dictadura perfecta”, el régimen del partido Revolucionario Institucional (PRI, 1929-2000).
Su triunfo elección tras elección, su control absoluto de todas las esferas de la vida mexicana y las persistentes desigualdades de renta en el país -a pesar de su riqueza en recursos como el petróleo- generaron poca confianza hacia la democracia.
La hegemonía priista acabó en 2000 conel triunfo del conservador Vicente Fox, del partido de Acción Nacional (PAN, 2000-2006), tradicional rival del PRI.
Para el consejero del Instituto Federal Electoral (IFE) Alfredo Figueroa fue a partir de 1997 cuando se alcanzaron “ciertos estándares democráticos”.
Sin embargo, “el arribo de la democracia no permite afirmar que ahora exista una normalidad o suficiencia democrática”, explicó a Efe.
“Hay poderes que deben de ser reformados, como sindicatos, partidos, la radio y televisión, y además, la democracia no son sólo las elecciones”, añadió.
Concedió, asimismo, que en México la democratización ha sido “lenta” en comparación con transiciones en otros países.
Las elecciones de 2006, que ganó el conservador Felipe Calderón, polarizaron a la sociedad ante la acusación de fraude del aspirante izquierdista, Andrés Manuel López Obrador.
Sobre las críticas surgidas entonces contra el IFE, Figueroa aseguró que el consejo rector del organismo es distinto ahora y que las reformas electorales hacen de estos comicios una “respuesta a la crisis” que surgió tras las elecciones de 2006.
Los partidos se han lanzado también a pedir el voto útil a la ciudadanía. Como López Obrador, símbolo hoy de una izquierda dividida y relegada a tercera fuerza.
“Te invito a que reflexiones. Si nos abstenemos le hacemos el juego completo a la derecha”, dice en un anuncio.
El gobernante PAN ha llamado también al sufragio válido, ya que muchos consideran que el voto nulo o en blanco propiciará el retorno del PRI, dotado de un núcleo duro de votos, según analistas.
El próximo domingo se celebran elecciones intermedias o legislativas, en las que se renuevan los 500 miembros de la cámara de Diputados, y donde se espera un abstencionismo del 60% del electorado.
Además se realizarán elecciones locales para designar a gobernadores de seis estados, 606 alcaldes, once congresos locales y además en la capital, dominada por la izquierda, se renovarán el congreso local y 16 vice alcaldías