Muchos creen que la reforma energética traerá beneficios a Pemex de la noche a la mañana, estos procesos toman años y mientras tanto la para-estatal vive un proceso de decadencia produciendo pueblos fantasma que son abandonados por la baja en la economía regional ante la salida de trabajadores de Pemex en ciertas zonas.
Hoteleros, contratistas y restauranteros de Campeche, Veracruz y Tabasco son parte de los innumerables afectados por el recorte de 100 mil millones de pesos a Petróleos Mexicanos.
Pero estos puntos al menos tienen muchas más opciones para sobrevivir o cambiar de giro o quizá, resistir los embates de la baja en los gastos de Pemex, ¿que me dice de pequeños negocios a las afueras de los puntos de suministro y atención de Pemex?
Muchos han tenido que sacrificar ganancias para no cerrar sus negocios y seguir empleando a un mínimo de trabajadores, pero no es suficiente. De no haber un plan B, pronto serán prácticamente pueblos fantasma.
De esta manera es como Pemex ahora produce pueblos fantasma, ya hay varias localidades desde Tamaulipas hasta Quintana Roo donde localidades enteras han tenido que migrar ya que vivían de lo que los empleados de Pemex comían, consumían, bebían, etc.
Y por lo que se ve, Pemex sigue en debacle.