A pocos días del inicio del torneo de Wimbledon, la primera polémica se ha disparado en el cuadro femenino. La razón: los vestidos que ha diseñado la firma Nike para el emblemático torneo inglés, muy popular no sólo por su prestigio sino también porque tradicionalmente cuida la imagen y vestimenta de sus jugadores, que están obligados a vestir en un 90% de blanco, son excesivamente cortos según han criticado varias jugadoras. La multinacional americana, ante las quejas, ha tenido que retocar los trajes y alargarlos un poco más.
Hasta 20 jugadoras van vestidas por Nike en Wimbledon. Muchas de ellas se han quejado de que los nuevos diseños tienen una falda que vuela por encima de la cintura y obstaculiza el juego. Además, los vestidos dejan visibles en muchos casos la cintura de las tenistas, lo que queda muy poco estético. Eugenie Bouchard y Laura Robson se encuentran entre las estrellas que esperan poder disponer de unos vestidos más alargados.
Nike ha hecho caso a las jugadoras y ha llevado los trajes a una casa de costura cerca del All England Club para retocarlos. Se trata de los nuevos diseños de ‘Nike Premier Slam’, de 98 euros. Se han dado casos insólitos como el de la jugadora Katie Boulter, que tuvo que asegurar su vestido con una cinta elástica en la cintura para mantenerlo en su lugar y que no volara demasiado durante su partido en Roehampton el pasado miércoles. O el caso de la checa Lucie Hradecka, que llevaba leggins hasta la rodilla por debajo del vestido.
Wimbledon aprobó el diseño, ya que cumple con sus reglas de vestir de blanco, aunque las quejas de las tenistas ha obligado a los retoques a última hora.
La firma americana ha enviado un correo electrónico de su equipo de marketing deportivo a jugadores y representantes, según ha desvelado Sportsmail , donde se informa de que “tenemos que hacer un pequeño cambio en los vestidos por las reglas de Wimbledon. Podría, por favor, traerlos a la casa central de Wimbledon. Esto es muy importante”.
En el caso de Serena Williams, no se verá afectada porque lucirá un modelo diferente y ligeramente adaptado a su figura, el ‘Nike Premier Wimbledon Serena SW19’, un vestido de 130 euros con corte en la cintura y un escote más alto. Un portavoz del All England Club describió este asunto como un tema referente sólo a Nike. “Hemos aprobado los vestidos porque cumplen totalmente con nuestros reglamentos de color”, han dicho. El tercer Grand Slam del año se caracteriza por ser muy estricto debido a que quiere mantener las costumbres que tenía el deporte en el siglo XIX. Los cambios han sido, pues, a petición de las jugadoras.