La mexicana Salma Hayek cumplirá este 2 de septiembre 50 años convertida en un icono latino gracias a sus facetas de actriz, productora y empresaria, ello sin renunciar a sus orígenes en Veracruz, donde todavía es recordada como aquella joven buena, pero traviesa, que escapaba del colegio para comerse unos tacos.
“La rebeldía para ella era que si podía escaparse (del colegio) para un cóctel o unos taquitos, se nos escapaba”, explicó Mercedes Ortega, trabajadora de la Escuela Margarita Olivo Lara, en la que Hayek cursó gran parte de su primaria y secundaria.
La maestra, que a sus 75 años continúa empleada en este centro educativo como personal administrativo, recordó a Hayek como una niña “alegre, bailadora y una excelente gimnasta” que, además, era “muy buena compañera” y “cariñosa”.
Oriunda de Coatzacoalcos, un puerto del estado de Veracruz, en el Golfo de México, Salma proviene de una familia acomodada y de origen libanés por parte de su padre, un hombre de negocios y político, y la actriz siempre tuvo una inclinación natural hacia el arte como su madre, cantante de ópera de ascendencia española.
Vivió gran parte de su infancia y juventud en esta ciudad que, por aquel entonces, no llegaba a los 100 mil habitantes, si bien a los 12 años fue a estudiar una temporada en un colegio religioso de Luisiana (EU), donde perfeccionó el inglés.
A su regreso, y tras completar los estudios en el Margarita Olivo Lara, comenzó una carrera universitaria que pronto abandonó para centrarse en la actuación.
Tomó un curso en el Centro de Educación Artística (CEA) de la todopoderosa Televisa y, tras algunos papeles secundarios, conquistó la pequeña pantalla con la telenovela “Teresa” (1989), su primer y único protagonista en televisión.