En Culiacán, Sinaloa, una cuarta parte de los jóvenes, en promedio, dejan sus familias para vivir en casas de seguridad en las que trabajan para el crimen organizado, señala un documento de la Secretaría de Gobernación.
Según el Diagnóstico Integral del Municipio de Culiacán, Sinaloa, 2016, realizado por la Segob en el marco del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia (Pronapred), en poder de El Universal, poco se habla de los jóvenes que no viven con sus padres por su relación con el crimen organizado.
“Poco se habla de este problema, ya que algunos de ellos [jóvenes que no viven con sus padres] se dedican a actividades ilícitas relacionadas con la delincuencia organizada; es decir, se van a vivir a casas de seguridad en las que prestan sus servicios en diferentes modalidades”, detalla el diagnóstico en el que se estudió la violencia en el municipio durante 2015.
Los habitantes de Culiacán, Sinaloa, lidian diariamente con los conflictos entre cárteles de la droga, padecen la prostitución, la drogadicción y la violencia familiar. Además, entre los jóvenes hay un alto consumo de drogas y alcohol, problemas que se magnifican ante la presencia importante del narcotráfico en la zona.