Cuatro años han pasado desde aquel septiembre negro que en la localidad de Beslan fue parte aguas.
Un puñado de guerrilleros perpetraron uno de los ataques que mas conmovido a la opinión publica rusa y lógicamente, mundial.
En nombre de la lucha armada de la localidad separatista Chechena, estos guerrilleros llegaron a Beslan, en Osetia del Norte (si, Georgia, ahora los separatistas de Osetia del sur son los que provocaron junto con rusos, la guerra de unos días en Georgia y tiene tensas las relaciones entre Rusia, Georgia, Europa y Estados Unidos) a las 09:30, hora local (GMT+3), del 1 de septiembre de 2004 (la mañana del primer día de las clases de otoño), un grupo de unas 30 personas armadas llegó en camiones militares GAZ y GAZ-66 e irrumpió en el Colegio de Enseñanza Media Número Uno, cuyos alumnos tienen entre 7 y 18 años.
La mayoría de los atacantes llevaba pasamontañas negros y unos cuantos llevaban cinturones explosivos. Tras un tiroteo con la policía en el que murieron cinco agentes, los atacantes se apoderaron del edificio, tomando como rehenes a 1181 personas, la mayoría menores.
Este trágico pasaje de la historia moderna, la masacre de Beslán tuvo lugar el 3 de septiembre de 2004, dos días después de que un colegio de Beslán, se produjo un tiroteo entre los secuestradores y las fuerzas de seguridad rusas, dejando un saldo de más de 370 muertos (171 de ellos niños), unos 200 desaparecidos y cientos de heridos; todo se debió no por el asalto al gimnasio de la escuela, sino por el estallido de una bomba que estaba precariamente sostenida con cinta de aislar.
A cuatro años, la gente aun recuerda en lo que fue el gimnasio de la escuela y, hoy es santuario.
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