El titular de la conferencia de obispos alemanes informó al Papa Benedicto XVI sobre los casos de abuso sexual en la iglesia alemana el viernes y dijo que el pontífice le animó a averiguar la verdad y ayudar a las víctimas.
El arzobispo Robert Zollitsch señaló que el papa estaba “muy afligido” e “intensamente conmovido” al ser informado por el escándalo durante una reunión privada de 45 minutos en El Vaticano.
Zollitsch dijo que informó a Benedicto XVI sobre las medidas que se han tomado hasta ahora para lidiar con el escándalo.
“El Santo Padre quedó muy satisfecho con nuestras decisiones”, dijo el obispo durante una rueda de prensa.
Al menos 170 antiguos estudiantes de escuelas católicas alemanas denunciaron recientemente que fueron sometidos a abusos sexuales y físicos por parte de miembros del clero. Una de las instituciones afectadas es un coro de niños que fue dirigido durante 30 años por el hermano del pontífice.
Zollitsch también dijo que informó a la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre las medidas implementadas en Alemania, y que el Vaticano está considerando una serie de normas generales para enfrentar casos de abuso sexual por parte de la Iglesia Católica en el mundo.
“Estoy agradecido por los ánimos que él (Benedicto) me dio para continuar llevando a cabo nuestras medidas de forma decisiva y valiente”, dijo.
El pontífice no ha comentado sobre el escándalo alemán. Aún así, describió el abuso sexual de niños como “un crimen atroz” después de reunirse con obispos irlandeses en Roma el mes pasado para discutir el escándalo aún mayor en la iglesia irlandesa.
Además de los casos en Alemania e Irlanda, tres obispos jubilados de una escuela católica en Austria fueron retirados de sus cargos tras acusaciones de abuso sexual y físico. Otros dos obispos en Austria han dimitido por acusaciones similares.
En los Países Bajos obispos católicos anunciaron una investigación independiente sobre más de 200 acusaciones de abuso sexual de niños en escuelas de iglesias. Los obispos pidieron perdón a las víctimas.
De todos los escándalos europeos, las acusaciones en Alemania son particularmente delicadas porque se trata del país natal de Benedicto XVI, donde fue arzobispo de Munich desde 1977 hasta 1982 y porque los escándalos involucran a un prestigioso coro dirigido por su hermano, Georg Ratzinger, desde 1964 hasta 1994