Estamos por ver en muy corto tiempo (se acuerdan de mi sino), que la suprema corte de justicia de la nación, está liberando a los culpables de la masacre de Acteal.
¿Recuerda el hecho?, un grupo armado vecino de la localidad de Acteal, llego a rafaguear una iglesia en una modestísima vivienda, haciendo una masacre (21 mujeres, 15 niños y nueve varones adultos) que dio la vuelta al mundo.
Se hablo de grupos armados en la zona, guardias blancas, intimísimas componendas entre grupos de indígenas que han llevado a los evangelistas y los católicos a componendas de vida y muerte.
Los culpables fueron aprendidos pero como el asunto fue llevado a la opinión publica mundial, mas de uno ha dicho que la confesión fue arrancada con tortura y violación de los derechos humanos.
Bien, curiosamente se han comprobado dichas violaciones a los derechos primigenios, lo que llevo a la SCJN lo que es esta encarcelación, dejándoles libres (a algunos) sin importar si son (que lo son) efectivamente culpables de la masacre en Acteal.
Esto, refrenda una vez el principio de certidumbre jurídica y nos debe mostrar lo que no se vale, que sean nuestras instituciones judiciales las que protegiendo su nombre hagan su trabajo mal y violentando la ley; mis respetos a los magistrados que hacen su trabajo, mi repudio a la procuración de justicia tan pésima que ahora es la que llevara a la libertad a estos asesinos.