Pruebas genéticas confirmaron que el hombre muerto en un tiroteo con la Armada mexicana era el capo del narcotráfico Arturo Beltrán Leyva, informó el domingo el gobierno mexicano, en momentos en que un velorio lujoso y fuertemente custodiado se realizaba en la capital del estado norteño de Sinaloa. Decenas de soldados del Ejército registraban vehículos cerca de la funeraria de lujo, ubicada en una de las principales avenidas de Culiacán, adonde el cadáver de Beltrán Leyva había llegado la noche del sábado. “Estamos tratando de evitar que lleguen personas armadas al perímetro, revisamos todos los autos”, dijo a The Associated Press un militar que no quiso dar su nombre. “Toda la noche ha estado tranquila”, agregó.
Una muestra de tejido tomada al cadáver de Beltrán Leyva, alias “El Barbas” y “El jefe de jefes”, fue comparada con muestras de su hermano Alfredo, encarcelado desde enero del 2008. Así, se confirmó su parentesco biológico, informó la fiscalía federal mexicana en un comunicado. “El resultado del dictamen, emitido por peritos de la Procuraduría General de la República, determinó positivo dicho parentesco, debido a la coincidencia del linaje paterno entre ambos”, precisó. Aunque hay otros hermanos en la familia Beltrán Leyva, las autoridades dijeron tener otras evidencias, como fotografías, que permitieron confirmar la identificación del cuerpo, repleto de disparos pero con el rostro básicamente reconocible.
El enfrentamiento en el que murió Arturo Beltrán Leyva, líder del cartel que lleva sus apellidos, ocurrió el miércoles 16 de diciembre en un complejo de apartamentos de lujo en Cuernavaca, la capital del central estado de Morelos, a una hora de viaje de la Ciudad de México. Seis supuestos narcotraficantes y un marino murieron en el tiroteo. El cuerpo fue reclamado por los familiares de Beltrán Leyva y llevado por avión a Culiacán, en el noroeste de México, para las honras fúnebres.
Ofrendas florales enormes llegaban a la casa funeraria. Algunas coronas eran tan grandes que quedaron en la acera porque no pasaban por la puerta.
“Fuiste como un padre para mí. Siempre estarás en mi corazón. Atte., tu hermano Alfredito”, decía una banda con letras doradas sobre una corona, presumiblemente enviada por Alfredo “El Mochomo” Beltrán Leyva, el hermano preso. “Aquí adentro hay cuando menos 800.000 pesos (unos 65.000 dólares) en flores”, dijo una empleada de la funeraria, que tampoco quiso ser identificada. El local tiene cuatro capillas para velatorios, pero al parecer la familia de Beltrán Leyva había alquilado todas para no tener que compartir el lugar.
Las autoridades raramente interrumpen los servicios fúnebres de los capos, en parte porque a esos actos difícilmente asisten sospechosos importantes del narcotráfico o prófugos. Sin embargo, sí ha habido ataques por parte de carteles rivales en estos actos. Los empleados de la funeraria dijeron que el cuerpo del capo al parecer sería llevado en unas horas a su pueblo de Badiraguato, en las sierras a unos 25 kilómetros (15 millas) de Culiacán, que tiene reputación de ser el escondite del fugitivo más famoso de México, Joaquín “El Chapo” Guzmán. Este fue aliado de los Beltrán Leyva, pero presuntamente sus organizaciones se han enfrentado en los últimos dos años.
El gobierno mexicano quedó en una situación vergonzosa luego de que la prensa publicó fotografías poco después del tiroteo en las que aparece el cuerpo semidesnudo y con heridas de bala de Beltrán Leyva, cubierto con algunos billetes ensangrentados. El secretario del Interior, Fernando Gómez Mont, dijo el viernes que las fotografías ofendieron sin necesidad a las familias de los muertos y que habría una investigación sobre el origen de las imágenes. Beltrán Leyva es la figura de mayor rango en ser abatida en la guerra antidrogas del presidente Felipe Calderon desde que llegó al poder hace tres años.
Las autoridades mexicanas y de Estados Unidos dicen que la organización delictiva de los Beltrán Leyva realizó asesinatos horrendos, incluidas numerosas decapitaciones, y que tenía mucho éxito en sobornar a policías y otros funcionarios públicos para proteger su cartel.
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