La deficiencia en el manejo de las aguas negras que emanan del valle de México se ha convertido en una amenaza para habitantes del Distrito Federal y el estado de México, cada vez que cae una tormenta, y para comunidades de Hidalgo, las cuales sobreviven en medio de la contaminación generada por los residuos expulsados por la zona metropolitana.
El agua de la presa Endho, receptora de todos los desechos del centro del país, ha comenzado a filtrarse hacia los pozos de donde habitantes de la localidad Pedro María Anaya, del municipio de Tepetitlán, toman el líquido para su consumo.
Estudios realizados en 2007 por la Comisión Nacional del Agua detectaron altas concentraciones de nitratos y coliformes fecales que no la hacen apta para el consumo humano.
Pero los contaminantes no están sólo en el agua, también se encuentran en el aire. Para ambientalistas, los altos niveles tóxicos están asociados con el aumento en casos de cáncer.
Ya en 2006 la delegación del IMSS reportó un incremento anual de 100% en las muertes por tumores malignos en Hidalgo.
El Consejo Consultivo de Ecología de Tula informó que en esa ciudad y en Tepeji del Río las concentraciones anuales de dióxido de azufre en el aire rebasan en casi 300 microgramos el valor máximo permitido por metro cúbico, que es de 80. En la ciudad de México, por ejemplo, las concentraciones de ese contaminante son casi de cero desde hace cuatro años.
Las organizaciones ecologistas señalan a empresas cementeras, a la termoeléctrica Francisco Pérez Ríos y a la actual refinería de Tula, entre otras industrias ubicadas en el corredor Tula-Tepeji, como las responsables de generar esa contaminación del aire y acentuar la del agua.
Para mitigar el problema que ocasionan las descargas del drenaje enviadas desde la capital del país y municipios mexiquenses, comenzará a construirse una planta de tratamiento de aguas negras.
Autoridades federales explicaron que la planta se ubicará en el municipio de Atotonilco de Tula, en el sitio de salida del drenaje capitalino, y se convertirá en la más grande de América Latina, mencionó Conagua. La obra se concluirá en octubre de 2012.
Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México advirtieron que el impacto de la planta de tratamiento será muy limitado, si la medida no va acompañada por otros programas de saneamientos, de lo contrario, agregaron, la planta podría convertirse en un elefante blanco