De entrada alguien le debería de informar que hace 20 años se acabó el negocio del petróleo barato en México. Los técnicos ya le buscaron por todas partes y no hay nada parecido a ello.
¿Sigue siendo negocio? Sin duda. El costo de un barril de petróleo en México, sólo por producción y logística es de unos 15 a 20 dólares, porque una cosa es la extracción y otra el desarrollo del proyecto y ese costo se divide en cada barril que se extrae y eso se lo deberían haber dicho al presidente.
El presidente también dice que Pemex produce 1 millón 885 mil barriles de petróleo. No es cierto. De ese monto 100 mil barriles son producción de petróleo de los privados y 250 mil son producción de condensados, con esos números, derivados de sus reportes, la producción es de 1.5 millones de barriles diarios y baja porque se sigue contabilizando agua por petróleo. El nivel real de producción es de 1.45 millones de barriles, el más bajo desde hace más de 25 años.
Lo que debería ser sospechoso es por qué el presidente que es tan nacionalista, tan defensor del petróleo mexicano, tan promotor de la autosuficiencia energética renuncia abiertamente a los hidrocarburos del futuro que podrían estar en un yacimiento transfronterizo con Estados Unidos.
El presidente ni sabe que existe siquiera el acuerdo entre México y Estados Unidos relativo a los yacimientos transfronterizos de hidrocarburos en el Golfo de México, que entró en vigor el 18 de julio de 2014.
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Para dolor presidencial, el peor año de la administración de EPN fue con una producción de 1.66 millones de barriles, es decir, fue 12% más que después del rescate.
Lo curioso es que de nuevo miden la producción petrolera con los condensados y, desde la perspectiva presidencial, en 2018, el año de EPN, la producción petrolera fue de 1.823 millones de barriles diarios.
Cómo sea, pierden.
El presidente dice que “en la época neoliberal, neoporfirista, de corrupción ¿dónde creen que invertían más?, en el norte, pero en petróleo. Si el petróleo está en el sur-sureste en tierra, en aguas someras ¿por qué la inversión en el norte y en aguas profundas?”. Tal vez no sabe dónde está Texas y Louisiana, dos grandes productores de hidrocarburos.
Sin ningún estudio, estadística o data, el presidente intenta imponer su visión de campos de producción en tierra y hace a un lado que el potencial de las aguas profundas del Golfo de México es de unos 29 mil 500 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, lo que representa 56 % del recurso total del país. Ese es el punto, por eso las inversiones buscaban esos espacios.
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Hay un detalle que molesta ¿por qué en tierra? En el mar todo mundo sabe dónde está la plataforma. Pero tierra adentro, en Chiapas, Tabasco o Campeche no hay manera de saberlo.
Buzos
1.- Otra cosa, la refinería de Dos Bocas y el Sistema Nacional de Refinación no son lo mismo, la primera es responsabilidad de Rocío Nahle, titular de la Sener, y no hay manera de que ella saque un barril de gasolina en julio. La segunda es que el plan de mejoras continuas en la refinería se mantiene como lo propusieron, pero a pesar de las mejoras la capacidad de procesamiento no es milagrosa, se seguirán importando hasta unos 500 mil barriles diarios, podría venir de Deer Park en Texas, de la nueva refinería de Pemex.
Twitter: @luiscarrujos
Vía: El Sol de México
JGR