Tras reconocer su “derrota amarga” en una elección estatal, la canciller de Alemania Angel Merkel abandonó el lunes sus esperanzas de persistir en las reducciones de impuestos para la economía más grande de Europa y afirmó que su gobierno se dedicará a mantener a raya su propia deuda.
La coalición de centro derecha de Merkel perdió el control del estado más poblado de Alemania, Renania del Norte-Westfalia, en las elecciones del domingo cuyos resultados además le anularon la mayoría en la cámara alta del parlamento, lo cual suscita cierta ingobernabilidad en el país.
“Ni qué decir, sufrimos una derrota amarga”, expresó Merkel a la prensa.
La derrota siguió al inicio con traspiés de la nueva coalición de gobierno de Merkel, que asumió el poder en octubre.
La coalición se había trenzado en agrias discusiones sobre la conveniencia de una reducción de impuestos para estimular la economía, además de afrontar severas críticas por su reacción ante la crisis de insolvencia de Grecia.
“Numerosas discusiones eran evitables”, dijo Merkel sobre los primeros meses de su gobierno.
“La coalición en Berlín deberá ahora establecer sus prioridades con claridad”, afirmó. “Eso significa, desde mi punto de vista, primero que las reducciones de impuestos no son aplicables en un futuro inmediato. Las deliberaciones sobre el euro, sobre las garantías (de créditos) y muchos otros aspectos nos lo muestran”.
“La consolidación del presupuesto será la prioridad”, apuntó.
Merkel afirmó que las reducciones impositivas posiblemente serán imposibles al menos en los próximos dos años.