A veinte años del asesinato de seis sacerdotes y dos mujeres, la Universidad Centroamericana (UCA) pide una ley de reconciliación para conocer la verdad sobre las atrocidades de la guerra civil (1980-1992) y reivindicar a las víctimas sin enviar a la cárcel a los asesinos. “Con una ley de reconciliación se puede fundamentar la investigación de la verdad, y si hay suficientes elementos convocar a un momento de dignificación de la víctima”, declaró a la prensa el rector de la UCA, el sacerdote José María Tojeira.
La posición de la UCA, según Tojeira, es que se derogue la ley de amnistía que en marzo de 1993 perdonó los crímenes de la guerra. “El problema de la ley de amnistía, es que trata de decirnos que los crímenes del pasado no fueron crímenes. Nadie por decreto puede decir que los crímenes no fueron crímenes”, subrayó Tojeira quien este sábado presidió diferentes actos conmemorativos.
El múltiple crimen fue cometido en el campus universitario en la madrugada del 16 de noviembre de 1989, cuando en el marco de una ofensiva guerrillera sobre la capital, efectivos del ahora proscrito batallón Atlacatl asesinaron a los sacerdotes hispanosalvadoreños Ignacio Ellacuría, rector de la UCA, y al vicerrector, Ignacio Martín Baró. También fueron asesinados los sacerdotes españoles Segundo Montes, Amando López y Juan Ramón Moreno, el cura salvadoreño Joaquín López, la empleada doméstica Elba Ramos y su hija Celina.
En 1991 fueron juzgados nueve militares por ese crimen, entre ellos el director de la Escuela Militar de San Salvador, coronel Guillermo Alfredo Benavides, que fue culpado de todos los crímenes, pero en 1993 quedó libre con la ley de amnistía. En la búsqueda de la verdad, la UCA es de la opinión que una vez derogada la amnistía, debe aprobarse la ley de reconciliación para dar paso a la llamada “justicia restaurativa” y no a la justicia tradicional que encarcela.
“La razón fundamental (de la ley de reconciliación) es que el país necesita normas que le ayuden a reconciliar, pero también a dignificar a las víctimas (…) nosotros no deseamos la cárcel a nadie”, subrayó Tojeira. En el marco del 20 aniversario de los mártires, el presidente Mauricio Funes (egresado de la UCA) impondrá el lunes a los extintos sacerdotes la condecoración José Matías Delgado, la maxima distinción que concede el país.
Durante los últimos 20 años, los gobiernos de derecha rechazaron reconocer la memoria de los sacerdotes de la UCA. Para Tojeira, los pasos del gobierno “son pequeños” pero van “en la dirección adecuada”, a la vez indicó que la universidad no respalda un proceso judicial abierto en España por una ONG en contra de militares implicados en el crimen.
Sin embargo, Rodolfo Cardenal, uno de los sacerdotes sobrevivientes a la matanza de hace 20 años, lamentó que la Corte Suprema de Justicia salvadoreña no haya enviado los expedientes del caso a la justicia española. “Por un lado tenemos un órgano de Estado (el Ejecutivo) que reconoce a la víctimas y por otro tenemos la Corte que entorpece. El Salvador no va a poder prosperar (…) sin justicia”, enfatizó Cardenal.
Este sábado, en una calle al interior de la UCA, los alumnos elaboraban coloridas alfombras con distintas motivaciones alusivas a los mártires en el marco de una jornada que incluye la llamada “procesión de forolitos”, una misa y una vigilia. Los actos conmemorativos concluirán el lunes con una misa en uno de los estacionamientos de la UCA.