Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2013, el escritor español Antonio Muñoz Molina aseguró anoche que el idioma ha servido mucho para hacer grandes discursos y arengas pero lo ha hecho poco para contar la realidad práctica.
En el marco de las actividades de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el autor de obras como “El invierno en Lisboa” y de “El jinete polaco”, refirió que países como España y México se tiene mucha influencia de la palabrería “y más en América Latina donde es un idioma sonoro que ha servido mucho para hacer grandes discursos o para hacer sermones eclesiásticos y barrocos, para hacer arengas”.
En ese sentido, el escritor pugnó por hacer una especie de austeridad de las palabras en el idioma español, “pues cuando uno piensa en las grandes cifras que no terminan de mostrar, debemos centrarnos en cuestiones prácticas, es decir, en aquello que uno puede hacer y que está al alcance de lo que uno puede hacer”.
Acompañado por la crítica Rossana Regullo Cruz, el español señaló que dos movimientos como el feminismo y ecologismo, “nos ha llevado a darnos cuenta de que las grandes palabras si no cuentan con una traducción práctica e inmediata, no sirven de nada, y tanto del ecologismo como del feminismo, nos obligan a actuar en la práctica concreta”.
Consideró que los grandes movimientos ideológicos lo que tienen “es que permiten mucho el vivir de una forma y el hablar de otra, y eso hace que conozcamos a grandes impostores que vayan de salvadores de la humanidad, defensores de la clase trabajadora y se enfadaban si no los ponían en un hotel de lujo a la hora de hospedarse”.
Muñoz Molina consideró de suma importancia emplear las palabras y fijarse en cosas prácticas y concretas. “No se requiere emplear todos los instrumentos en sus manos, uno de esos instrumentos es el voto y el que escribe por su parte tiene el instrumento de decir de forma honrada aquello que piensa”, consideró.
El autor, quien regresó a la FIL luego de ocho años cuando estuvo presente en la apertura del Salón Literario, habló de su “método experimental”, el cual, dijo, “aplica en la democracia”.
“La democracia es que existe una propuesta y ello se vota y si no sale bien, se cambia. Y el método experimental es así”, indicó, al tiempo que aclaró que en la política se piensa lo mismo que se hacía hace 30 años.
“En mi caso, no sigo pensando eso, porque la vida te lleva a aprender, de tal suerte que uno debe hacer el ejercicio de ver en qué puede actuar de forma concreta en el ámbito que le corresponde. Y uno de los grandes ejemplos de emancipación y acción política que ha existido en el siglo XX ha sido el movimiento de los derechos civiles en los Estados Unidos”, refirió.
Por espacio de 50 minutos, el también académico de número de la Real Academia Española, continuó reflexionando sobre lo anterior, al tiempo que recordó su carrera de escritor.