Por El Enigma
Cuando la sociedad civil comienza a organizarse para crear medidas ante una situación, quiere decir que algo en el gobierno no está funcionando.
Un ejemplo en la historia del país fue en el sismo de 1985, cuando la sociedad civil tomo el rescate de los enterrados bajo pisos de escombro en sus manos ya que ninguna autoridad tanto federal como local en la ciudad de México, supo qué hacer.
Ahora dan a conocer un Manual de Seguridad para Instituciones de Educación Superior revela que existe un vacío en el registro de hechos violentos y que “ponen en riesgo la integridad física y emocional de estudiantes”.
Este manual no está hecho por la secretaría de gobernación o por la de seguridad pública, menos por la de educación, está hecho por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).
Cuando organizaciones como la ANIUES están creando este material para que las instituciones superiores tengan un lineamiento o un qué hacer en caso de violencia, como lo hemos visto en Nuevo León con el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), es que las instituciones del gobierno no están previendo y han dejado pasar demasiadas cosas como para no estar atentos.
Para muestra basta un botón, 30 por ciento de las universidades enfrenta incidentes delictivos, pese a que 84.7 por ciento cuenta con cámaras de vigilancia y 35.6 tiene sistemas electrónicos de ingreso.
¿Qué ocurre?
Que las universidades están rebasadas en su propia organización por lo cual con este informe se le da aviso a las autoridades de la situación que se enfrenta, se comparte información entre universidades para buscar una respuesta entre todas y claro, el Manual de Seguridad para Instituciones de Educación Superior tratara de dar una luz sobre ciertos casos.
Increíble a lo que hemos llegado pero sigue creyendo firmemente que hace falta ciertas estrategias se complemente pero no podemos claudicar hoy o mañana.