La compañía Apple está combinando el éxtasis empresarial de haber vendido un millón de iPads en 28 días con el infierno de una posible investigación anti-trust en Estados Unidos.
La Comisión Federal de Comercio y el Departamento de Justicia han reconocido sospechas de prácticas monopolísticas en la reciente decisión de Apple de restringir la producción de aplicaciones para el iPhone.
Las dos agencias gubernamentales habrían recibido múltiples quejas y se supone que estarían a tan sólo unos días de tomar una decisión sobre la apertura de una investigación oficial y que entidad llevaría la voz cantante.
De materializarse, la pesquisa se centraría en la nueva política adoptada por Apple que insiste en rechazar aplicaciones adicionales para iPhone y el iPad que hayan sido creadas con programas de compañías ajenas.
La decisión de Apple, que algunos analistas han comparado a los manejos de Microsoft en los noventa, se ha materializado en vísperas de que Adobe Systems presente su nueva actualización de la herramienta Flash.
Con una función, conocida como Packager for iPhone, que haría más fácil el desarrollo de aplicaciones para productos de Apple con el software de Adobe