Casi la mitad de los argentinos trabajaba el viernes y la otra mitad descansaba. Las autoridades no se ponen de acuerdo con lo que se debe hacer ante la pandemia de gripe porcina que hasta el momento causó la muerte de 86 personas, según cifras oficiales.
La provincia de Buenos Aires, que concentra el 37,70% de los casi 40 millones de habitantes de este país, se adhirió a un asueto nacional sanitario por 24 horas dispuesto por el gobierno de la presidenta Cristina Fernández para los empleados públicos.
Pero en la capital argentina su gobierno dispuso que la actividad para ese sector fuese normal, mientras otros distritos adhirieron al asueto.
El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Claudio Zin, dijo que el asueto se decidió para “evitar aglomeraciones públicas” y aprovechando que el jueves fue feriado nacional en la Argentina, por lo que los trabajadores tendrán cuatro días de descanso si se toma en cuenta el fin de semana.
Pero su colega de la capital argentina, Jorge Lemus, destacó que “no necesitamos ese asueto sanitario porque consideramos que lo importante es lo individual y no lo colectivo”.
Asimismo, en todo el país no había el viernes actividad bancaria, cambiaria, judicial y tampoco operaciones en la Bolsa de Comercio, según lo dispusieron las autoridades de esos sectores por medidas sanitarias, en todos los casos por 24 horas.
A nivel nacional, las clases en colegios y universidades fueron suspendidas por un mes desde el 6 de julio y se concedió licencia especial de 15 días a embarazadas y personas con problemas oncológicos o inmunodeprimidas.
Sin embargo, el gobierno se ha negado a suspender actividades públicas o de gran concentración de personas.
En el país no hay unificación de criterios y los municipios toman medidas dispares: Por ejemplo, en las vecinas ciudades de Ezeiza y Quilmes fueron cerrados cines y teatros; en Morón se suspendieron los actos públicos y en Ituzaingó se obliga a los locales de comida rápida a dejar 2,5 metros entre las mesas.
En su último parte en la noche del jueves, el gobierno nacional confirmó 12 nuevos casos fatales por la gripe porcina en las últimas 24 horas, por lo que el número de muertos se elevó a 82. Pero en una conferencia de prensa posterior, el ministro de Salud de la ciudad de Buenos Aires, Jorge Lemus, reportó otras cuatro nuevas muertes, por lo que el total de fallecidos en todo el país ascendió a 86.
El alcalde Mauricio Macri aseguró que en la ciudad “el pico de la enfermedad pasó hace unos días y ahora ya hay camas disponibles de terapia intensiva en los hospitales” y recomendó a la sociedad llevar adelante una vida “totalmente normal”.
Según el parte del jueves del Ministerio de Salud nacional, existen 2.677 casos de influenza AH1N1 comprobados por laboratorio.
Argentina es el país de Sudamérica con mayor número de víctimas fatales por la gripe porcina
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