Líderes políticos, económicos y empresariales de todo el mundo abren el miércoles la 40 edición del Foro de Davos en plena pulseada por la aplicación de una reforma financiera y una mayor regulación bancaria, dos de los grandes ejes de debate de la reactivación tras la crisis.
La tragedia de Haití, la amenazante crisis “social” que se avecina con la explosión del desempleo y los temores por la economía china son otros de los ejes del Foro Económico Mundial (WEF) que se celebrará hasta el domingo en la exclusiva estación de esquí del este de Suiza.
Unos 30 jefes de Estados han anunciado su participación, entre ellos el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, quien recibirá el viernes un premio especial al “estadista global”, creado por el Foro de Davos para su 40 edición, por su “compromiso” que ha ido de la mano con “un crecimiento económico integrador y de justicia social”, según indicó el WEF
El jefe de Estado francés Nicolas Sarkozy pronunciará el discurso inaugural, una ocasión que seguramente no desaprovechará para martillar con la cuestión de una mayor regulación financiera, uno de caballitos de batalla desde la crisis.
Este tema, en discusión en el G20 de potencias industrializadas y emergentes desde abril del año pasado, volvió a los primeros planos tras el anuncio del presidente norteamericano Barack Obama días atrás de medidas destinadas a limitar el tamaño de los bancos y sus actividades especulativas.
“Es necesario hacer que las reformas necesarias continúen”, afirmó de su lado el fundador del WEF, el profesor Klaus Schwab, para quien “algo fundamental no funciona” en el sector financiero.
Pero la tarea no será sencilla, ya que los numerosos banqueros esperados en Davos (Deutsche Bank, UBS, Credit Suisse, Société Générale, Morgan Stanley) aprovecharán la ocasión para exigir a los dirigentes políticos que revisen a la baja sus ambiciones de reformas.
Los analistas esperan una fuerte lobby del sector bancario, que este año volvió a las costumbres de las primas a pesar del enojo que provoca esta cuestión en una opinión pública que sigue viendo al excesivo riesgo asumido por los banqueros como uno de los grandes responsables de la crisis.
El Foro, que se jacta de invitar a muchos representantes de la sociedad civil, también tendría que ocuparse de la “crisis social” que amenaza con explotar en 2010, según el propio WEF, con presupuestos gubernamentales bajo presión y un desempleo en fuerte alza.
Los organizadores incluyeron a último momento una sesión plenaria especial centrada en la reconstrucción de Haití, tras el violento sismo que mató a por lo menos 150.000 personas y destruyó las pocas infraestructuras que tenía uno de los países más pobres del mundo.
“Haití estará en primera línea de las discusiones”, en presencia del ex presidente estadounidense Bill Clinton, designado emisario especial de la ONU para el país caribeño, anunció la semana pasada Schwab.
El objetivo es lanzar una iniciativa para que el mundo de los negocios se comprometa en la reconstrucción de Haití.
Del lado iberoamericano, además de Lula se espera la presencia, entre otros, y del presidente mexicano Felipe Calderón y del colombiano Alvaro Uribe, así como del jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo país ejerce actualmente la presidencia rotativa de la Unión Europea (UE).