La policía arrestó el miércoles a 40 personas al allanar la Universidad Pedagógica de Tegucigalpa, utilizada como albergue por cientos de simpatizantes del presidente derrocado Manuel Zelaya que llegaron desde el interior del país para protestar contra el gobierno golpista. Otros 55 manifestantes fueron capturados en el centro de la ciudad en donde se registró un enfrentamiento entre los seguidores del líder depuesto y la policía, que utilizó gases para dispersar una protesta cuando comenzaron a registrarse incidentes, como la agresión contra un político y actos de vandalismo.
En el allanamiento a la Universidad Pedagógica en donde duermen y comen cientos de simpatizantes de Zelaya fueron retenidas 40 personas dijo el portavoz de la policía, comisario Orlin Cerrato. Unidades policiales y del ejército entraron a Universidad y se mantuvieron en la casa de estudios. El dirigente del Frente de Resistencia contra el Golpe, Juan Barahona censuró la violación del recinto universitario y dijo que las personas ya no podrán pernoctar en el sitio.
“Condenamos y repudiamos la actitud de la Policía de entrar y sacar a compañeros lanzándoles gases a gente que estaba allí descansando, no podemos tolerar esto. Esto es represión”, enfatizó. Honduras vive una profunda crisis política, desde el 28 de junio cuando Zelaya fue derrocado por los militares. Y Roberto Micheletti, quien presidía el Congreso, fue designado presidente.
En cadena nacional, el presidente de facto Roberto Micheletti calificó las acciones de los manifestantes de “violentas y terroristas”. Dijo que buscan “interrumpir el proceso electoral” programado para fines de noviembre. Pidió que la población denuncie “movilizaciones sospechosas de extranjeros infiltrados” en las protestas. Asimismo, aseguró que su gobierno garantizará el orden público y dijo que las detenciones se han hecho cumpliendo el debido proceso.
El Ministerio Público investiga la responsabilidad de los dirigentes del movimiento antigolpistas en los disturbios, dijo la policía en un comunicado. Se “darán trámites a las investigaciones de las personas, que según la teoría de la participación, se catalogan como actores, co-actores, autor intelectual, cómplices e instigadores”, señaló el documento. Barahona dijo que “he escuchado que quieren capturar a la dirigencia (de la resistencia) para poder quebrar al movimiento”. “Pero eso es difícil, no se podrá porque este movimiento ya tomó fuerza”.
En la manifestación en el centro de Tegucigalpa, los manifestantes lanzaron piedras y otros objetos a la policía y rayaron con grafitis los locales en el Parque Central de Tegucigalpa donde se registraron los enfrentamientos. En su trayecto se encontraron con el vicepresidente del legislativo, Ramón Velázquez, que salía de sus oficinas y lo agredieron. “Estoy bien”, dijo a los medios, poco después de la agresión.
En El Progreso, a unos 180 kilómetros de la capital, hondureños se concentraron para apoyar a Micheletti y lanzaron globos al aire, como un “acto de amor a la paz”, dijo el alcalde local, Alejandro López. En la víspera 43 personas fueron detenidas en otra manifestación a favor de Zelaya, tras violentos disturbios que dejaron un restaurante de comida rápida y un autobús incendiados. Los partidarios de Zelaya que se manifiestan a diario han advertido que desconocerán los resultados de las elecciones programadas para finales de noviembre si su líder no retorna al poder