El voto de los mexicanos demostró que diez gobernadores perdieron hegemonía en sus estados, pues las diputaciones federales se irán a la oposición.
Los perredistas fueron los más afectados, ya que Graco Ramírez, de Morelos; Rogelio Ortega, gobernador de Guerrero; Gabino Cué, de Oaxaca; Miguel Ángel Mancera, en el Distrito Federal, y Mario López Valdez, quien ganó en una alianza PAN-PRD, perdieron los distritos a manos de los priistas.
A su vez, los mandatarios priistas Carlos Lozano, de Aguascalientes; José Calzada, de Querétaro, Mario Anguiano, de Colima, y Fernando Toranzo, de San Luis Potosí, perdieron ante el PAN; que a su vez lesionó su dominio electoral federal en Puebla, gobernada por Rafael Moreno Valle y en Sonora, que encabeza Guillermo Padrés.
En contraste, fueron 20 los mandatarios en cuyos estados se mantuvo la hegemonía electoral de sus partidos para integrar la LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados.
En los estados que gobierna, el PRD obtuvo pocas
diputaciones; en Guerrero sólo dos de nueve; en Morelos, dos de cinco; en Oaxaca cuatro de 11; en Sinaloa ninguna y en el Distrito Federal sólo ganó diez de 27 posibles.
En los estados que gobierna el PRI, en Aguascalientes obtuvo una de tres y en Querétaro sólo uno de cuatro.
Los estados que se refrendaron como los abastecedores de diputados federales priistas y en su alianza con el Partido Verde fueron Campeche, gobernada por Fernando Ortega; Coahuila, de Rubén Moreira; Chihuahua, con César Duarte; Durango, con Jorge Herrera; Hidalgo, que gobierna Francisco Olvera; Jalisco, de Aristóteles Sandoval; Estado de México, gobernada por Eruviel Ávila.
A pesar de que la elección para gobernador la perdió frente al PRD, con Silvano Aureoles, el PRI mantuvo su hegemonía en las dipu
taciones federales de Michoacán, donde en alianza con el Verde obtuvo siete curules, mientras que los perredistas lograron cinco; en San Luis Potosí obtuvo cuatro de siete diputaciones.