Asociación advierte que se requiere mayor aprovechamiento del agua. En México se requiere un mayor aprovechamiento del agua, pues en la actualidad se regula el 35 por ciento de los 410 mil millones de metros cúbicos que escurren en todo el país, coincidieron especialistas de la Asociación Mexicana de Hidráulica (AMH).
El investigador y catedrático de la UNAM, Humberto Marengo Mogollón, señaló que sólo se regulan alrededor de 10 mil millones de metros cúbicos a través de las presas y distintos embalses y el resto se va al mar sin aprovecharse.
En entrevista con Notimex, en el marco del Foro “Fenómenos Meteorológicos Extremos”, expuso que el agua se guarda en las presas cuando hay y se utiliza cuando se necesita para dotar a las poblaciones de agua potable o generar energía, sobre todo en zonas donde escasea el líquido.
“Lo cual no sucede en Tabasco y en el sureste porque el 30 por ciento del total de escurrimientos ocurre en el sureste de México”, apuntó.
Resaltó que en los países desarrollados se regula entre el 80 y el 100 por ciento del agua, por lo cual se requiere construir más infraestructura, con más presas y proyectos sustentables y sostenibles para convencer a las poblaciones.
Dijo que en la confluencia entre los ríos Grijalva y Usumacinta, en Tabasco, escurren al año 120 mil millones de metros cúbicos de agua “y del Usumacinta ni a un milímetro cúbico por segundo le sacamos provecho”.
En Europa, refirió, el Danubio atraviesa nueve países y en Austria se construyó una central eléctrica en las afueras de Viena con el concepto que se propone para el río Usumacinta en Tabasco.
“Pero en México hablamos de aprovechar el Usumacinta y se levanta en armas toda la comunidad biológica, social y sociopolítica; creo que hay que llegar a proyectos sostenibles y sustentables que la sociedad requiera”, apuntó.
El ex presidente nacional de la AMH, comentó que en el río Usumacinta se tienen proyectos, donde el más grande es de 16 metros de uso de carga de agua, cantidad que cada dos años se genera de manera natural en el río.
En este sentido, Marengo Mogollón comentó que no se hará nada más allá de lo que hace la naturaleza y pueden regarse aguas abajo cultivos de arroz u otros alimentos.
“La ingeniería se vuelve, y se debe ver, como herramienta social para la mejor calidad de vida de la gente, y muchas veces no nos dejan”, resaltó.
Dijo que con esas obras se llevan también carreteras, clínicas y escuelas, por lo cual se impacta en el desarrollo social de las poblaciones aledañas.
En México, comentó, hay más de 300 sitios disponibles y posibles para construir pequeñas centrales hidroeléctricas de menos de 30 megawatts, la mayoría en el sureste.
Expuso que son susceptibles también en los ríos Verde, en Oaxaca o en el río Papagayo, en Guerrero, “estamos llenos de ríos que en México básicamente están en franjas montañosas-costeras”.
Marengo Mogollón indicó que tampoco se impacta en la naturaleza, porque sólo el dos por ciento de las áreas forestales se afectan por obras de infraestructura y el resto, el 98 por ciento, es por la tala o las quemas.
“Falta una planeación a largo plazo, sin importar qué gobiernos llegan. El agua es un problema de supervivencia, de calidad de vida, en el que si no hay agua, se agrava todo”, comentó.
Por su parte, el presidente de la AMH, Marco Murillo Ruiz, señaló que el agua es un asunto de seguridad nacional, por lo cual se requiere ampliar su regulación para satisfacer todos los usos que requiere el país y sus ciudadanos.
Por ello, añadió, se requieren decisiones en políticas públicas para ampliar en 18 por ciento la regulación del volumen total del agua disponible cada año, tanto superficial como a nivel subterránea.