Un nuevo atentado con bomba contra la comunidad chiita dejó al menos 63 muertos y 200 heridos este sábado en la inestable provincia de Baluchistán, suroeste de Pakistán en donde el fundamentalismo religioso avanza de manera acelerada así como la violencia contra esta minoría musulmana.
Se trata de uno de los atentados más mortíferos en Pakistán contra los chiitas que representan un 20% de la población de este país de 180 millones de habitantes de mayoría sunita.
Una bomba escondida en un camión cisterna y denotada a distancia estalló al terminar el día en la ciudad de Hazara, cerca de Queta, capital de la provincia de Baluchistán, una provincia paquistaní fronteriza de Irán y de Afganistán que es escenario de actos de violencia sectaria y de numerosos atentados contra las fuerzas de seguridad.
“Al menos 63 personas murieron y 180 resultaron heridas. La gran mayoría de las víctimas son chiitas”, dijo el jefe de la policía de Quetta, Zubair Mehmood, revisando al alza un anterior balance de 52 muertos.