Hay que decirlo con todas sus letras, aunque el senador Roberto Gil Zuarth sea quien me cae en la punta del hígado, la explicación que le dio a Gustavo Madero (sobretodo) de los estatutos en el senado de la bancada del PAN sobre acotarle los poderes al coordinador de la bancada Jorge Luis Preciado, fue una clase de derecho legislativo.
Aunque no les guste en el CEN del PAN las decisiones de senadores, son propias y legales y si bien a Jorge Luis Preciado y a Gustavo Madero no le gustaron dichas decisiones y ya llamaron hasta a la policía ministerial y ahora amagan con cambios políticos ene l CEN del partido y una guerra intestina aun mayor a lo que hemos visto, lo cierto es que en senado, quienes mandan son los senadores y los cercanos a Ernesto Cordero son los más.
Entendamos que si Jorge Luis Preciado o Gustavo Madero desean desconocer la validez de la decisión que tomó la mayoría de los senadores panistas en el cambio de los estatutos de la bancada, el PAN entraría en guerra civil a su interior a días de las elecciones y con resultados funestos.
Claro que a Jorge Luis Preciado le importa muy poco ya que él es beneficiado y a Gustavo Madero le importa menos ya que está demostrando que hace lo que quiere y se maneja por caprichos.