La Guardia Nacional inicia hoy la primera fase del despliegue de mil 200 soldados para reforzar la seguridad a lo largo del suroeste de Estados Unidos, en medio de una fuerte polémica sobre la militarización de la frontera.
Aunque en estados como California, Texas y Nuevo México el despliegue militar marchará hoy como estaba previsto, en Arizona el desembarco tardará unas semanas más.
En un retén del lado estadunidense, en Nogales, sólo se veían vehículos de la Patrulla Fronteriza.
El portavoz de la Guardia Nacional de Arizona, el primer teniente Valentine Castillo, ha dicho que los soldados se someterán a revisión de antecedentes y exámenes médicos, y recibirán capacitación para las labores en la frontera.
El 1 de agosto tan sólo marca el comienzo del despliegue y los estados fronterizos tendrán hasta finales de septiembre para completarlo, según el Departamento de Seguridad Nacional.
La demora en Arizona suscitó críticas del senador republicano y ex candidato presidencial John McCain, quien promueve, junto al senador Jon Kyl, un plan para el envío de 3 mil soldados para ayudar en el combate al contrabando de drogas, armas y personas que se cuelan por la frontera con México.
“Esta Administración parece prometer mucho, pero cuando ves la letra pequeña, simplemente no cumple”, se quejó recientemente McCain en declaraciones a la cadena Fox.
“Hemos pedido información (sobre el despliegue) tanto por escrito como verbalmente y sólo nos contestan “ya les avisaremos””, agregó.
Tanto McCain como la gobernadora republicana de Arizona, Jan Brewer, buscan la reelección en noviembre próximo, y su plataforma destaca la seguridad fronteriza.
El combate a la inmigración y el reforzamiento de la seguridad fronteriza se perfilan como asuntos prioritarios de cara a las primarias republicanas del próximo 4 de agosto en Arizona.
La campaña de McCain ha colocado anuncios en televisión y pancartas en varios tramos de la autopista interestatal 10, destacando su compromiso con la seguridad en la frontera sur.
Su rival, el ex legislador J.D. Hayworth, recuerda a la opinión pública que McCain fue uno de los arquitectos de la fallida reforma migratoria de 2007.
En total, 524 soldados serán desplegados en Arizona, 250 en Texas, 224 en California y 72 en Nuevo México. Otros 130 realizarán tareas de apoyo logístico.
La Guardia Nacional ayudará únicamente en tareas de logística, mantenimiento e inteligencia, para que la Patrulla Fronteriza pueda enfocar sus recursos en la persecución y detención de indocumentados.
En Texas, la Guardia Nacional comenzó su llegada en el Valle del Río Grande, una zona donde ha mermado el cruce de indocumentados debido a una mayor presencia de la Patrulla Fronteriza.
Pero en esa misma zona ha aumentado drásticamente la narcoviolencia. Se calcula que en lo que va del año, cerca de mil 700 personas han sido asesinadas en Ciudad Juárez (México), considerada una de las ciudades más peligrosas del mundo, y va camino de superar los más de 2 mil 700 de 2009.
En 2006, el entonces presidente George W. Bush ordenó el despliegue de la Guardia Nacional por un periodo de dos años. Al igual que entonces, el asunto ha suscitado críticas de grupos pro-inmigrantes y defensores de los derechos humanos.
La Red de la Frontera para los Derechos Humanos ha pedido al legislador demócrata de Texas Silvestre Reyes que encabece una oposición a la militarización de la frontera.
Los grupos pro-inmigrantes aseguran que este despliegue es más un gesto simbólico con fuerte carga político-electoral y que lo que Estados Unidos necesita es una reforma que saque de la sombra a la población clandestina.
Más de 24 mil personas han fallecido desde 2006 en el lado mexicano de la frontera debido a la narcoviolencia, y la seguridad en la transitada zona se perfila como un tema de campaña también para los comicios legislativos del próximo 2 de noviembre en Estados Unidos