En su primer discurso público en un año, el asediado presidente de Siria Bashar Assad prometió el domingo ganar la larga guerra civil de su país, aunque admitió que sus tropas han renunciado a controlar algunas partes del territorio.
Aunque de tono confiado, el discurso de Bashar Assad llegó en un momento en que el grupo Estado Islámico controla partes del país y sufre bombardeos diarios de una coalición liderada por Estados Unidos.
Turquía también ha empezado a atacar a los combatientes del grupo en Siria, al igual que fuerzas curdas que lideran una ofensiva por tierra contra los extremistas en las porosas fronteras del país.
El discurso televisado de Assad, ante dignatarios locales en la capital siria, Damasco, fue la primera comparecencia pública del presidente desde que asumió un tercer mandato de siete años en julio del año pasado. Entretanto, Assad ha concedido entrevistas a varios medios árabes y del resto del mundo.
“No nos derrumbamos. Estamos resueltos y alcanzaremos la victoria”, afirmó Assad, que se vio interrumpido en varias ocasiones por los aplausos. “La derrota no existe en el diccionario del ejército árabe sirio”.
Assad también intentó justificar por qué el ejército sirio ha abandonado algunas zonas de Siria, como la ciudad noroccidental de Idlib, afirmando que obedece a prioridades militares. Las fuerzas aliadas de Assad, que incluyen combatientes del grupo armado libanés Jezbolá y asesores iraníes, controlan poco menos de la mitad de los 185.000 kilómetros cuadrados del país.