En 1948 Naciones Unidas, proclamo la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Algo que muy pocos saben siquiera que es, otros mas piensan que es una herramienta jurídica o un recoveco legal para que malhechores salgan sino libres, o algo que simplemente en México suena mucho pero casi no sirve.
Si así fuera, seamos honestos; estariamos no en el oscurantismo sino en la epoca de las cavernas, donde la ley del garrote o más fuerte, seria la que aventaje a todos y todas las leyes.
Dentro de los derechos humanos, que tienen su base en la Declaración de los Derechos del Hombre y Ciudadano, en Francia del siglo XVIII, se habla de la libertad de tener un trabajo honrado, de tener certidumbre de seguridad en el país en que se habita y, claro esta, la libertad de expresión.
¿Qué sucede cuando estas 3 condiciones, se ven violadas de una sola vez?
Si, el caso es que los reporteros en México cada vez, están mas en peligro por su profesión, atentando a la libertad de expresión, moviéndose en un país que no garantiza su seguridad, con instituciones huecas, autoridades corruptas, narcotráfico y delincuencia organizada cada vez más voraz, en fin…
El domingo falleció Guadalupe García Escamilla, quien fuera baleada hace días cuando llegaba a la estación de radio donde trabajaba y desde donde, en su programa, hacia publicas felonías de narcotraficantes del cartel del golfo.
Si si si, mucho dolor, pero vamos, las lagrimas de defensores de la libertad de expresión no regresan a los muertos, ni tampoco la palabrería del Sr. Presidente Vicente Fox ni tampoco, o que la procuraduría general de la republica atraiga el caso, por tratarse de un homicidio relacionado al narcotráfico.
El General Macedo de la Concha, no esta a la altura de las circunstancias que acontecen en el país.
Hay otro periodista muerto, el director de un diario Veracruzano, y otro mas desaparecido de la frontera norte, no sé que más falte para que se hagan cambios pertinentes y se dé una lucha frontal contra el cáncer de nuestra sociedad, el trafico de estupefacientes.
Descanse en paz, Guadalupe García Escamilla.
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