Con una interpretación llena de matices, que fue de lo sutil a lo enérgico de su rango, la mezzosoprano mexicana Cassandra Zoe Velasco dio cuenta anoche de por qué es una de las mejores voces del bel canto en la actualidad y una digna representante de México en el mundo.
Acompañada por la excelsa interpretación al piano del joven maestro Abdiel Vázquez, la cantante, que en breve regresará a hacer temporada en el Metropolitan Opera House de Nueva York, se llevó los aplausos de la concurrencia que llenó el patio del Palacio Municipal habilitado como foro de ópera, para escuchar este dueto de talentos nacionales.
En lo que fue la apertura musical del 32 Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT), Zoe y Vázquez deleitaron con una selección de “Canzone dell’ arte”, como denominaron el repertorio que incluyó el “Lieder Wesendonck”, de Richard Wagner (1813-1883), cinco canciones sobre poemas de Wesendonck (El ángel, ¡Detente!, En el invernadero, Penas y Sueños).
De Richard Strauss (1864-1949 interpretaron con maestría cuatro lieder (Dedicatoria, Serenata, La noche y Cecilia), tras lo cual vendría un breve intermedio que sirvió para que la cantante cambiara su atuendo negro por un aperlado que hizo lucir su juventud.
Regresaron para ofrecer “Chansons Modécasses” (1925-26) de Maurice Ravel (1875-1937). Entonces se escucharon “Nahandove, “Aouo” e “Il est doux” (Es grato).
La noche, de canto íntimo y vertiginosas sonoridades, cerró con “Cinco canciones negras”, música de Xavier Montsalvage (1912-2002), que incluyó “Cuba dentro de un piano”, “Punto de habanera”, “Chévere”, “Canción de cuna para dormir a un negrito” y “Canto negro”, que puso de pie al público que aplaudía sin parar, ante el agradecimiento de los artistas que no tuvieron problema en obsequiar un tema fuera de programa.
Satisfechos con la complicidad que alcanzaron en este trabajo conjunto, que permitió que ambos lucieran por igual en sus respectivos talentos, los jóvenes artistas no descartan grabar un disco con esta selección que, aseguraron, fue hecha no para ganarse el aplauso fácil, sino para ofrecer un repertorio poco común pero igualmente bello, lleno de poesía, que transmitiera y conectara con el público.
Previo al recital, la declaratoria inaugural corrió a cargo del secretario de Educación y Cultura del estado de Sonora, Ernesto de Luca Hopkins, quien felicitó a los alamenses por haber hecho crecer a lo largo de los años las antiguas noches bohemias hasta convertirlas en un consolidado festival como es el Alfonso Ortiz Tirado, el más importante del noroeste del país y el único dedicado a celebrar la voz humana.
Tras el concierto inaugural, afuera, el ambiente no acababa de crecer, aunque la estudiantina convocó a un público numeroso, las calles no lucían repletas como en otras ocasiones.
En el Callejón del Templo, con el escenario colocado a la inversa de donde suele hacerse, a un costado del templo principal del lugar, las notas del pop fusión de la juchiteca Valgur (Elizabeth Valdivieso Gurrión) tenían una tímida convocatoria.
Un atractivo juego de luces que se combinaba con imágenes del festival al fondo del escenario y un dron que sobrevolaba el callejón fueron llamando la atención de la gente que poco a poco se congregó para escuchar esta propuesta musical que lo mismo fusiona el pop con el rock que con la balada, el bossanova, la música electrónica y hasta la cumbia.
Temas de su primera producción discográfica “Trébol” (Fucsia, Trébol, De dos, Valgur y Prepara las velas, entre otros), se fueron escuchando y poco a poco se ganaron al público que gozó del espectáculo al aire libre, en medio de un clima fresco pero no inclemente.
En las calles, música y baile de diversos géneros se dejó escuchar mientras la vendimia se apoderaba con sus característicos olores a carne asada.
Elotes, churros, gordas de nata enmelcochadas y muchos puestos de tacos y bebidas de todo tipo hicieron las delicias de los lugareños y visitantes, mientras jóvenes alamenses pero también provenientes de Navojoa y otros municipios aledaños comenzaban a reunirse en la Alameda nocturna donde a las 23:30 horas se presentó con toda su sonoridad el grupo de rock seri Hamac Caziim.
Altos, espigados y vestidos de negro, los miembros del grupo habían tenido una prueba de sonido por la tarde que sirvió como adelanto de lo que sería su recital, con sonidos del metal clásico en su lengua natal.
Para este sábado, que se espera aumente considerablemente el número de asistentes a las actividades del encuentro, están programadas, entre otras actividades, la inauguración de la ruta del arte, un recorrido del Museo Costumbrista al Palacio Municipal, a lo largo del cual se presenta el montaje “De la filantropía a la canción. Ortiz Tirado, el médico”.
Por la noche, la entrega de medallas del festival, una gala con el bajo barítono Guillermo Ruiz, en el Palacio Municipal; en el Callejón del Templo música prehispánica electrónica y en la Alameda nocturna el canto nuevo del trovador Gerardo Peña.
El 32 Festival Internacional Alfonso Ortiz Tirado se realiza este año del 22 al 30 de enero y extiende sus actividades a los municipios de Navojoa, Cajeme y Hermosillo. Su programación incluye unos 90 espectáculos con la participación de más de 700 artistas en escena, provenientes de Cuba, Estados Unidos, España, Italia, Guatemala, Ucrania y México.