Aunque a Belisario Domínguez nunca se le permitió leer en tribuna su proclama contra el dictador y presidente Victoriano Huerta, sus palabras escritas lograron el inicio de la transformación de México.
Legisladores federales y locales conmemoraron este 7 de octubre la fecha fatídica en la que perdió la vida el senador chiapaneco al que en aquel 1913, un Congreso desdibujado, sometido y temeroso no le permitió dar lectura a su proclama, que nueve meses después derivó en la renuncia de Huerta.