El Palacio de Bellas Artes, considerado la máxima casa de la cultura en México, reabrirá sus puertas el próximo 19 de noviembre después de tres años de obras de renovación que lo dotaron de nuevos espacios y tecnológica de punta, informaron hoy fuentes oficiales.
“Queremos explotar de manera integral este espacio maravilloso de nuestras bellas artes y qué mejor que revistiéndolo y adecuándolo hacia nuevas tecnologías”, dijo en conferencia de prensa el secretario de educación pública de México, Alonso Lujambio.
Las labores de restauración costaron 688 millones de pesos (55 millones de dólares) y la reapertura tendrá lugar el próximo 19 de noviembre en el marco de la celebración del centenario de la Revolución Mexicana (1910-1917).
El recinto, obra del arquitecto italiano Adamo Boari, se empezó a construir en Ciudad de México en 1904 a petición del entonces presidente Porfirio Díaz (1876-1911), con motivo de la celebración del centenario de la Independencia de México (1810-1821), pero no fue terminado sino hasta 1934 por el mexicano Federico Mariscal.
La sala principal del palacio ha permanecido desde su apertura hace 75 años “casi sin ninguna intervención” y fue la “médula” de las remodelaciones, según el asesor del proyecto, Philippe Amand.
Como parte de las labores de restauración, se actualizaron algunos aparatos como las tramoyas, la tarima y el foso de la sala principal, se mejoró la acústica del inmueble e instaló un mecanismo computarizado que controlará a distancia la iluminación, el sonido y el telón.
Además, los arquitectos modificaron los antepalcos, rehabilitaron la madera que viste por dentro la edificación, sustituyeron piezas dañadas y pusieron en marcha un sistema de vídeo para grabar los ensayos de las compañías de teatro, danza, ópera y música que allí se presentan.
En las obras fue eliminado el declive típico de los escenarios antiguos y se sustituyó todo el sistema mecánico de piso por uno de última generación, lo que significó disminuir de 1.700 a 1.496 la capacidad del recinto.
El próximo año, el emblemático edificio será sometido de nuevo a otra serie de restauraciones, pero esta vez en el exterior, indicó por su parte la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Teresa Vicencio.
El objetivo en 2011 es impermeabilizar la estructura, tratar el mármol que reviste el Palacio y restaurar las cúpulas y uno de los pórticos.
El Palacio de Bellas Artes, que aloja obras de muralistas mexicanos como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, fue declarado en 1987 por la UNESCO “monumento artístico”.
Desde su inauguración ha experimentado una serie de modificaciones, como la construcción de un estacionamiento subterráneo y una plaza exterior.
Las autoridades mexicanas continuamente inyectan cemento a los cimientos de la estructura para evitar que el peso del mármol lo hunda