El papa Benedicto XVI llevará a Gran Bretaña esta semana su campaña para reanimar la cristiandad en una Europa cada vez más secular. Pero enfrenta una tarea ardua en una nación que no concuerda en general con sus políticas y donde impera la indignación por el escándalo de abusos sexuales por parte de religiosos.
Si a eso se le agregan siglos de sentimiento anticatólico, recientes tensiones con la Iglesia anglicana y el plan de Benedicto de beatificar a uno de los más famosos conversos anglicanos al catolicismo, su gira pastoral de cuatro días que comienza el jueves será una de las más delicadas hasta ahora.
Para un papado cuyo manejo del escándalo de abusos ha sido problemático, la posibilidad de contratiempos es elevada.
Por su parte los organizadores han reducido las expectativas de público y dijeron que sólo se esperan 55 mil personas en vez de 80 mil al acto principal del pontífice.
Benedicto pidió oraciones para su visita y agradeció a los británicos por “el enorme trabajo”” de los preparativos. La visita costará a los contribuyentes 12 millones de libras en momentos en que Gran Bretaña enfrenta una agobiante deuda pública que probablemente requerirá reducciones en gastos públicos y pérdida de empleos.
Más de 50 figuras públicas de Reino Unido firmaron una carta pública en contra de la visita de Estado que realizará el Papa Benedicto XVI a este país a partir de este jueves y que concluirá el próximo domingo 19 de septiembre.
Los firmantes entre los que destacan intelectuales, actores y académicos, como Stephen Fry, el profesor Richard Dawkins y Lord Taverne, señalan que “como ciudadano de Europa y líder de una religión con muchos seguidores es libre de entrar y visitar nuestro país”, pero están en contra de una visita oficial.
En la carta que publicó el diario The Guardian, consideraron que El Vaticano “es responsable de oponerse a la distribución de preservativos y, por tanto, de la diseminación del virus del Sida en países pobres (…) se opone al aborto y a los derechos de homosexuales y transexuales”.
“Además, dijeron, ha fracasado en hacer frente a los casos de abuso de menores dentro de su propia organización”.
Por su parte, el diario The Independent, destacó la controversia que rodea a la visita del Papa por los escándalos de abuso sexual y subrayó que será una visita “de culpa con una agenda secreta”.
En contraste el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, emitió un mensaje videograbado donde afirmó que el Papa tendrá una “cálida bienvenida” durante su visita.
En el mensaje, que apareció en la página web de Downing Street, Cameron señaló que “serán cuatro días muy especiales, no sólo para los seis millones de católicos sino para muchas persona de fe en Gran Bretaña y millones más en todo el mundo”.
La visita oficial del pontífice comienza este jueves en Edimburgo, Escocia, en donde será recibido por la Reina Isabel II y más adelante oficiará una misa al aire libre en Glasgow.
El viernes se entrevistará con el Arzobispo de Canterbury y al día siguiente oficiará una misa en la Catedral de Westminster y encabezará una vigilia masiva en el parque de Hyde Park.
El domingo 19, último día de su visita oficial, el Papa beatificará a John Henry Newman, cardenal del siglo XIX.
Por su parte, la cantante irlandesa, Sinead O¦Connor, pidió la renuncia del Papa debido a los escándalos de abuso sexual infantil cometido por sacerdotes católicos en Irlanda y otros países.
En entrevista con Sky News, la intérprete de “Nothing compares to you”, señaló que lo que “queremos es admitir que hubo encubrimiento, y no lo hemos tenido (…) la razón es que ellos saben que sería como crucificarse si admiten que sabían de todo esto”.
La cantante, quien encabeza una campaña contra el abuso sexual infantil, agregó que en un mundo ideal debería admitirse que hubo toda una orquestación de encubrimiento.
“Todo esto es un comportamiento anticristiano y sólo muestra un falta de respeto a Dios, al espíritu Santo y a Jesucristo, quien se manifiesta como hombre en esos niños que fueron abusados”, afirmó O¦Connor.
Entretanto, la oficina del Arzobispo católico, Vincent Nichols, dijo a Notimex que si el Papa se reúne con víctimas de abuso infantil “será en privado y sin aviso”.
Su portavoz, Alexander DesForges, señaló que un encuentro con víctimas no “es parte de la visita oficial”.