El presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, retomará sus actividades después de la agresión que sufrió el pasado 13 de diciembre en Milán.
Los médicos aconsejaron a Berlusconi dos semanas de reposo total después de sufrir la rotura del tabique nasal y de dos dientes cuando Massimo Tartaglia, un hombre con problemas mentales, le arrojó a la cara una estatuilla de la catedral de Milán.
Berlusconi apareció el 7 de enero por primera vez ante las cámaras tras la agresión, cuando paseaba por la localidad de Mougins, en la Provenza francesa, en compañía de su hija Marina y sus nietos.
Hasta ese momento Berlusconi se había limitado a participar telefónicamente en algunos medios de comunicación y actos celebrados por su partido, el Pueblo de la Libertad.
La agenda de Berlusconi prevé hoy un almuerzo de trabajo en su residencia de Roma, para analizar la reforma de la Justicia que prepara su Ejecutivo, y por la tarde una reunión con el jefe de Estado, Giorgio Napolitano.
La vuelta al trabajo de Berlusconi coincide con el reinicio de las actividades parlamentarias tras las vacaciones de Navidad.
El Parlamento se ocupará en estos días de las polémicas normas que el Gobierno de Berlusconi quiere aprobar sobre el llamado “proceso breve” y la ley sobre el “legítimo impedimento”.
Leyes que la oposición rechaza por considerar que su objetivo es evitar que Berlusconi se enfrente a los procesos judiciales que tiene pendientes