Los ataques aéreos encabezados por Arabia Saudí contra los rebeldes chiíes en Yemen se reanudaron el lunes mientras se libraban intensos combates en el empobrecido país después que expiró una tregua de cinco días. Simultáneamente, las conversaciones unilaterales boicoteadas por los rebeldes ofrecieron pocas esperanzas de poner fin al conflicto.
Mientras miles de partidarios de los rebeles marchaban por las calles de Saná, la capital, para protestar por los ataques de la coalición, arreciaba la lucha en el sur y oeste en las ciudades de Taiz, Dhale y Adén. Los bombardeos hostigaban a los rebeldes, conocidos como hutíes, en la provincia norteña de Saada, bastión del grupo, como también en Adén.
El cese de fuego ha sido violado reiteradamente y tanto hutíes como las fuerzas leales al presidente yemení exiliado Abed Rabbo Mansour Hadi, respaldado por los saudíes, se atribuyeron mutuamente la violencia.
Decenas de políticos y líderes tribales participaron en conversaciones en la capital saudí para discutir el modo de solucionar la crisis, pero los rebeldes boicotearon la reunión e Irán, que apoya a los hutíes, objetó el lugar del encuentro.
La coalición acusa a Irán, de mayoría chií, de armar a los rebeldes como parte de una lucha más amplia con Arabia Saudí, de mayoría suní, por la influencia regional. Irán y los rebeldes lo niegan.
El diálogo en Riad debe concluir el martes. Los hutíes rechazan el objetivo principal de las conversaciones -la reposición de Hadi, quien huyó del país en marzo en vista del avance rebelde- y su sede, Arabia Saudí, que desde el 26 de marzo ha encabezado una campaña aérea contra los hutíes y las unidades militares aliadas al expresidente Ali Abdullah Saleh.
La tregua parece haber permitido a los hutíes y sus aliados movilizar más soldados a Adén, donde se lucha intensamente desde hace semanas. Hadi declaró una capital temporal en esa ciudad antes de huir. Los hutíes capturaron Saná el año pasado.
Los hutíes y sus aliados capturaron la ciudad sureña de Lawdar la semana pasada, lo que les permitiría despachar fuerzas a Adén desde el norte. Los testigos dijeron que los rebeldes detuvieron a decenas de milicianos progubernamentales en Lawdar y destruyeron sus casas. Los testigos hablaron con la condición del anonimato por temor a su seguridad.