Brasil dio avisó al presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, que debe abandonar la sede diplomática del país suramericano, donde está alojado, cuando concluya su mandato el 27 de enero, reveló el viernes un diplomático brasileño.
Francisco Catunda, encargado de negocios de la embajada de Brasil en la capital hondureña, dijo telefónicamente a la red televisiva Globo que Zelaya sabe que debe salir hasta esa fecha de la sede diplomática, donde se instaló el 21 de septiembre después de entrar subrepticiamente al país centroamericano.
“El (Zelaya) tiene conciencia de que tiene que salir el 27 de enero, al terminar su mandato, tiene que buscar otro destino”, expresó Catunda.
La televisora citó también al gobernante derrocado, quien confirmó la intención de salir de la embajada antes del plazo establecido.
“La posición mía es salir lo más pronto posible, lógicamente con el respaldo del gobierno de Brasil”, declaró Zelaya telefónicamente a la televisora.
The Associated Press consultó con la presidencia y el ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil sobre el tema, pero no respondieron inmediatamente.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, se encontraban el viernes en Lima para un encuentro con el gobernante peruano Alan García.
El jueves, México intentó sacar a Zelaya de Honduras, pero el gobierno de facto se opuso porque las autoridades mexicanas le dieron el título de “presidente” en el papeleo diplomático. Zelaya pretendía viajar a México, República Dominicana y Cuba, donde asistiría a una reunión de la Alianza Bolivariana para las Américas que impulsa el presidente venezolano Hugo Chávez.
En Tegucigalpa, la vicecanciller del gobierno de facto Martha Lorena Alvarado aseguró el viernes a la AP que “eso evidencia la injerencia que ha tenido Brasil en los asuntos hondureños y que jamás han sido de su competencia”.
Indicó sin embargo que “nos alegra que Zelaya quiera poner fin a su situación incómoda… y lo ocurrido es el resultado de la decisión de nuestros diputados y de los recientes comicios transparentes realizados en Honduras”.
El 2 de diciembre, el Congreso rechazó reinstalar a Zelaya en el puesto al acatar una disposición del Acuerdo Tegucigalpa-San José firmado en octubre por el mandatario destituido y el presidente de facto Roberto Micheletti. Previamente Zelaya había dicho que no volvería al poder.
Zelaya fue derrocado el 28 de junio y desde entonces Brasil exigió su restitución al cargo y dijo desconocer el resultado de las elecciones generales del 29 de noviembre, en las que resultó electo el socialcristiano Porfirio Lobo, por considerar que el proceso se realizó bajo un gobierno ilegítimo.
Lobo asumirá en enero para una gestión de cuatro años.