Más de la mitad de los británicos a los que se les ofrece la vacuna contra la gripe pandémica H1N1 la rechaza porque teme a sus efectos secundarios o piensa que el virus es demasiado leve para preocuparse, mostró el miércoles un sondeo realizado entre médicos.
Muchos de los 107 médicos de familia consultados por la revista británica Pulse señalaron que existía resistencia expandida por parte de los pacientes y que en promedio sólo 46% por ciento de aquellos a los que se les ofrecía la inmunización contra la influenza H1N1 la aceptaba.
Los doctores informaron particulares dificultades a la hora de persuadir a las mujeres embarazadas para que se vacunen contra el virus, según Pulse, un diario comercial para médicos.
“Entre todas las mujeres embarazadas a las que se la ofrecimos, creo que sólo una de cada 20 aceptó”, dijo el doctor Chris Udenze, un médico de familia de Nottingham, en el centro de Inglaterra, según mostró el sondeo.
En Gran Bretaña y otros países europeos ha estado creciendo el escepticismo sobre la capacidad de las autoridades para manejar la pandemia de influenza H1N1, debido a que el número de personas infectadas es menor al que se temía inicialmente.
Gran Bretaña comenzó un programa de vacunación el 21 de octubre para los pacientes hospitalizados en alto riesgo, los trabajadores sanitarios, los niños en grupos de riesgo ante la gripe, las embarazadas y las personas con sistemas inmunes comprometidos.
Las autoridades británicas revisaron dos veces el escenario para disminuir el pronóstico de impacto de la influenza H1N1, que fue declarada pandémica en junio y causó la muerte de más de siete mil personas en todo el mundo, según las últimas cifras del
Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades.
Las estimaciones originales que indicaban que hasta 65 mil personas podrían morir por la pandemia en Gran Bretaña ahora fueron reducidas a una predicción de alrededor de mil muertes, una cantidad muy por debajo del promedio anual de entre cuatro mil y ocho mil decesos por gripe estacional.
Richard Hoey, editor de Pulse, dijo que el sondeo demostró que muchos pacientes, y una cantidad importante de médicos, no están “convencidos de que haya suficiente evidencia de que la vacunación contra la (popularmente conocida como) gripe porcina sea segura y necesaria”.
Un portavoz del departamento de salud del Gobierno británico manifestó que era “demasiado pronto para especular sobre las tasas de respuesta” a la vacuna H1N1, pero añadió que los médicos están trabajando duro para llegar a la mayor cantidad de pacientes posible con los suministros iniciales.
“Recomendamos que las personas en los grupos de riesgo acepten el ofrecimiento de la vacuna”, dijo el portavoz. “Las personas en los grupos de riesgo son más propensas a enfermar gravemente si contraen la gripe, y la vacuna brinda la mejor protección contra la enfermedad”, agregó