El encuentro imprevisto entre el primer ministro indio, Narendra Modi, y su homólogo paquistaní, Nawaz Sharif, el viernes en Pakistán suscitó reacciones positivas en las opiniones públicas de ambos países este sábado.
En lugar de una visita oficial en la capital de Pakistán Islamabad, el dirigente nacionalista hindú prefirió un encuentro en la residencia privada de Sharif, que celebraba su cumpleaños y la boda de su nieta.
Una fuente que asistió a la reunión indicó que ambos dirigentes “charlaron como dos viejos amigos”.
El primer encuentro entre los mandatarios de las dos potencias nucleares rivales en más de 10 años obtuvo una buena acogida en la prensa india, que lo interpretó como una apuesta muy meditada por su primer ministro.
“Modi muestra por fin que está dispuesto a jugarse el capital político para lograr la paz”, escribía el periódico Indian Express.
En Pakistán, donde la mayoría de la población está a favor de los esfuerzos de paz, la visita también suscitó reacciones positivas, a pesar de las críticas publicadas en cuentas de la red social Twitter favorables al poderoso ejército nacional.
“Es un gesto positivo, dado el nivel de las tensiones hace apenas unos meses y la actitud hostil de Modi hacia Pakistán en el pasado”, aseguró el experto paquistaní Talat Masood, que aplaudió el “cambio en la estrategia india”.
La visita de Modi tuvo lugar semanas después de que India y Pakistán anunciaran que iban a retomar conversaciones diplomáticas de alto nivel.
Los Estados vecinos se afrontaron en tres guerras, en particular por la cuestión de Cachemira, una región del Himalaya que India y Pakistán reivindican como propia desde su independencia en 1947.
El encuentro anunciado en el último momento en Twitter parecía improvisado, pero, según un responsable del gobierno paquistaní, la seguridad había sido organizada discretamente con varios días de antelación.
Aunque los medios indios sugerían que la visita fue una iniciativa de Modi, esta fuente del gobierno paquistaní aseguró que fue una idea de Islamabad para “humanizar a la parte contraria con una visita que implicaba a varios miembros de la familia cercana”, antes de las conversaciones formales previstas para mediados de enero.