En la ciudad de México hay lugares que no conocen el concepto de solidaridad, incluso en época navideña. Por el contrario, alrededor prevalecen el abuso y la extorsión.
A los hospitales públicos de la capital del paÃs llegan desde Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Puebla y otros estados entre 400 mil y 700 mil personas al año. Son pobres que acuden para atenderse ellos o sus familiares.
Pero afuera de los centros de atención ya los espera gente que se acerca para lucrar con su sufrimiento.
â??Les venden donadores de sangre, les rentan baños; también hay taxistas que abusan al cobrarles hasta 100 pesos por cada pasajero cuando viajan hacia las terminalesâ?, dice Eduardo Carballido, coordinador general del Centro de Acompañamiento y Recuperación de Desarrollo Integral (CARDI), organización que ofrece alimentación y reposo a quienes pasan largas horas cuidando a su enfermo.
Quienes como único patrimonio tienen apenas la ropa que llevan puesta, pasan dÃa y noche en las salas de los hospitales expuestos al mercado negro y al abuso de quienes, por ejemplo, ofrecen en cientos de pesos cada litro de sangre que pide la clÃnica para atender a pacientes